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En la isla de Ormuz, donde el agua se tiñe de rojo, se generó un espectáculo visual único

La naturaleza siempre nos maravilla con toda su autenticidad y en esta ocasión,  la isla de Ormuz, situada en el golfo Pérsico de Irán, fue protagonista de un fenómeno natural que ha captado la atención de turistas y curiosos de todo el mundo: la llamada "lluvia de sangre". Este suceso, que tiñe de rojo intenso las aguas y playas de la isla, ha generado asombro y fascinación, evocando imágenes casi bíblicas.

Recientemente, un video compartido en Instagram por un guía turístico local mostró cómo, tras una intensa lluvia, corrientes de agua de tono carmesí descendían por los acantilados de la isla, lo que generaba un espectáculo visual impresionante. En las imágenes, se observa a turistas maravillados contemplando cómo el agua rojiza se mezcla con el mar y transforma el paisaje en una escena surreal.

 

La isla del arcoíris

Sin embargo, todo tiene una explicación. La isla de Ormuz es conocida como la "isla del arcoíris" debido a la diversidad de colores que presenta su suelo. Esta característica se debe a la presencia de más de 70 minerales diferentes en su composición geológica. Entre estos minerales, destaca el óxido de hierro, responsable del característico tono rojizo del suelo de la isla. Este mineral, presente en altas concentraciones, es el principal causante del fenómeno de la "lluvia de sangre".

Cuando las lluvias intensas caen sobre la isla, el agua arrastra partículas de óxido de hierro del suelo hacia el mar, lo que genera corrientes y cascadas de agua roja que desembocan en las playas. 

Este proceso natural tiñe temporalmente las aguas costeras de un rojo vibrante, ofreciendo un espectáculo visual único. A pesar de su apariencia impactante, los expertos aseguran que este fenómeno no representa ningún riesgo para el medio ambiente ni para la salud humana, ya que el óxido de hierro es un compuesto natural y no tóxico.

Aunque la "lluvia de sangre" de Ormuz es un fenómeno notable, no es exclusivo de esta región. En España, por ejemplo, se ha documentado un fenómeno similar conocido como "lluvia de sangre" o "lluvia de barro" que ocurre cuando vientos procedentes del desierto del Sahara, en África, transportan partículas de arena ricas en óxido de hierro que, al mezclarse con las precipitaciones, tiñen las gotas de lluvia de un color rojizo. 

Este fenómeno en la isla de Ormuz nos recuerda lo increíble de la diversidad y la riqueza natural de nuestro planeta y podría dar respuesta a algunas explicaciones de historias bíblicas que tuvieron lugar hace muchos años. 


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