El canto de las aves restaura la atención y beneficia la resiliencia mental (ESTUDIO)
Ciencia
Por: Alejandro Massa Varela - 06/28/2024
Por: Alejandro Massa Varela - 06/28/2024
La denominada “teoría de la restauración de la atención” se basa en reconocer los efectos saludables de la naturaleza como una "fascinación suave" que incentiva la concentración y reduce la fatiga mental, en contraste con los entornos urbanos estresantes.
Una vida tranquila y apartada en el campo, con la posibilidad de ser útil a personas a quienes es fácil hacer el bien, y que no están acostumbradas a que se lo hagan; luego el trabajo que se espera pueda ser de alguna utilidad; luego el descanso, la naturaleza, los libros, la música, el amor al prójimo: tal es mi idea de la felicidad.
Este consejo de León Tolstoi me parece que se liga a una preferencia musical y a una propuesta de cómo usar la filosofía, ambas de Ludwig Wittgenstein:
Hay cierta perdida en la obra de los compositores europeos posteriores a las revoluciones industriales, el gran mito del progreso. Y hay cierta pureza en aquellos que no llegaron a interiorizar el ruido de las fábricas, los carros y las locomotoras.
Una palabra compleja como “interiorizar” sugería para Wittgenstein “ver” hacia “afuera” y no hacia “adentro”. No existe un lenguaje privado, no ocurre o no es algo que podría usarse en un mundo donde solo existiera cada quién y su yo. La naturaleza habla más a nuestra mente que “nuestra” mente. Tiene el sonido del río, del relámpago y de los pájaros.
Los investigadores todavía no encuentran la conexión exacta entre el canto de estos animales y el bienestar del cerebro humano. En todo caso, neuroimágenes recientes han revelado que, en efecto, la exposición a la naturaleza puede reducir el estrés.
Un estudio de 2022 publicado en la revista Scientific Reports, Los cantos de los pájaros alivian la ansiedad y la paranoia en participantes sanos, explora el impacto diferencial de la diversidad más baja versus más alta de los paisajes sonoros mediante la manipulación del número de diferentes sonidos típicos del tráfico o cantos de aves. Escuchar audios cortos de estos goteos animales, específicamente para el estudio, clips de seis minutos, logró reducir los sentimientos de ansiedad, depresión y paranoia en los participantes sanos. Por el contrario, la exposición a ruidos de tráfico empeoró la sintomatología de los estados depresivos.
No solo se encontró que escuchar la comunicación de las aves, independientemente de su diversidad, reduce la ansiedad, mientras que el ruido urbano, también independientemente de su diversidad, se coliga con la depresión. Se descubrió también que reducen la paranoia los efectos de tamaño mediano de los paisajes sonoros del canto de los pájaros. Los efectos beneficiosos de esta sonoridad persisten horas después de una audición directa.
De acuerdo con Emil Stobbe, especialista en neurociencia ambiental del Instituto Max Planck para el Desarrollo Humano y coautor del estudio publicado:
Lo especial de los cantos de los pájaros es que incluso si las personas viven en entornos muy urbanos y no tienen mucho contacto con la naturaleza, vinculan los cantos de los pájaros con entornos naturales vitales e intactos.
De acuerdo con un segundo estudio de 2022, también publicado en Scientific Reports, Una evaluación ecológica momentánea basada en teléfonos inteligentes revela los beneficios de la avifauna para la salud mental, este canto sanador puede ser preventivo, ya que beneficia a las personas sanas y también a aquellas diagnosticadas con alguna de las enfermedades mentales más comunes, entre ellas la depresión. Los efectos en la salud humana de los sonidos de la naturaleza incluso podrían incluir un mejor desarrollo cognitivo.
De acuerdo con Ryan Hammoud, coautor del estudio e investigador del Instituto de Psiquiatría, Psicología y Neurociencia del King's College de Londres, pasar algo de nuestro tiempo en espacios verdes normaliza la presión arterial y los niveles de cortisol.
El “solipsismo” al que se refería Wittgenstein es “rumiar” lo que la mente cree que es ella misma, en lugar de alimentarla con su propia naturaleza. Quizá hay una mente cultural que rumia demasiado de sí y pide volver a comunicarse con lo no humano, aquellos lenguajes a los que no se arrojan nuestras ilusiones. Parece ser que el canto de los pájaros o lo verde de los árboles restaura nuestra atención, reduciéndose la actividad en una parte de la corteza prefrontal, e involucrando a la corteza cingulada posterior del cerebro.
Podemos responder a la naturaleza sin rumiar nuestro lenguaje, redescubriendo su naturalidad o que es comunicación, una identidad fuera de nosotros, así como del agotamiento de nuestros problemas. Como escribió la poeta estadounidense Mary Oliver:
¿Tienes tiempo
para pasear
un rato
salir de tu día
ocupado, importante
para buscar a los jilgueros
que se juntaron
en un campo de cardos
para una batalla musical
para ver quién puede cantar
la nota más alta
o la más baja
o la más intensa de las alegrías
o la más tierna?
Sus picos fuertes, desafilados,
beben el aire
mientras luchan
melodiosamente
no en tu nombre
ni en el mío
y no en el nombre del éxito
sino por puro deleite y gratitud
créannos, dicen.
es cosa seria
estar vivo
en esta fresca mañana
en este mundo roto
Te lo ruego
no camines
sin detenerte
para prestarle atención a este
teatro más bien ridículo.
Podría significar algo.
Podría significarlo todo.
Podría ser lo que Rilke quiso decir cuando
escribió:
Debes cambiar tu vida.
Imagen de portada: Golondrinas, Xianwei Zeng, Audubon Photography Awards.