Un siglo de intervenciones de Estados Unidos bajo la justificación de la "seguridad nacional"
Política
Por: Yael Zárate Quezada - 11/06/2025
Por: Yael Zárate Quezada - 11/06/2025
Nuevamente Estados Unidos hace movimientos bélicos bajo la premisa de “garantizar su seguridad nacional”. Ya la NBC News, dio a conocer que el gobierno estadounidense, bajo la administración de Donald Trump, estaría desarrollando una estrategia para intervenir en México con el argumento de combatir a los cárteles del narcotráfico. Lo mismo ocurre con la presencia de buques militares en el Caribe para ejercer presión y detener a Nicolás Maduro.
A lo largo de la historia moderna, el país vecino del norte ha justificado su presencia militar en América Latina bajo un mismo argumento. Sin embargo, detrás de esa narrativa se extiende un historial de acciones directas que alteraron el destino político de varios países del continente.
A comienzos del siglo XX, la llamada “bota yanqui” intervino en Panamá en 1903 para apoyar su separación de Colombia, lo que permitió a Estados Unidos asumir el control estratégico del Canal de Panamá. Décadas más tarde, en 1989, tropas estadounidenses regresaron al mismo territorio para capturar al presidente Manuel Noriega, un antiguo aliado de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) acusado posteriormente de narcotráfico.
El patrón de intervenciones se repitió en Guatemala, donde en 1954 una operación de la CIA forzó la caída del presidente electo democráticamente, Jacobo Árbenz. En su lugar, Estados Unidos impulsó una junta militar encabezada por Carlos Castillo Armas, lo que desencadenó más de treinta años de guerra civil.
Por su parte, Chile también vivió uno de los episodios más dolorosos en su historia. Los documentos desclasificados del propio gobierno norteamericano confirmaron la intervención en el golpe del 11 de septiembre de 1973 que derrocó a Salvador Allende y dio paso a la dictadura de Augusto Pinochet. De forma similar, en 1964, el presidente brasileño João Goulart fue desplazado del poder con el respaldo de Washington, abriendo un ciclo de gobiernos militares que duró más de dos décadas.
Durante la llamada Operación Cóndor, la influencia estadounidense se extendió sobre el Cono Sur. Bolivia, Argentina y Uruguay se integraron a una red de represión coordinada que persiguió a disidentes políticos y consolidó regímenes autoritarios. Cuba, por supuesto, ha sido objeto de múltiples intentos de derrocamiento. asesinato contra Fidel Castro. En 2006, Fabián Escalante, exjefe de la inteligencia cubana, declaró que se habían producido 634 planes o intentos de asesinato contra Fidel Castro.
“Proteger la democracia” y “garantizar la seguridad nacional”, todo se vale en el historial de intervenciones estadounidenses que revela un patrón: el interés nacional de una potencia que redefine los límites de la soberanía ajena a su conveniencia.