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Investigadores muestran cómo la vigilia nocturna altera emociones, percepción y autocontrol. Aprende a cuidar tu mente según tu ritmo circadiano

¿Alguna vez te has sentido más inquieto, ansioso o impulsivo en plena madrugada? Un grupo de investigadores de Harvard descubrió que tu mente realmente no está diseñada para estar despierta después de la medianoche. El funcionamiento del cerebro cambia: las emociones se intensifican, la percepción se altera y la capacidad de autocontrol disminuye.

Cómo la noche transforma tu mente

El estudio publicado en Frontiers in Network Psychology analiza el fenómeno llamado Mind After Midnight, que explora cómo el ritmo circadiano —el reloj interno que regula nuestras funciones— se desajusta cuando prolongamos la vigilia. Esto no solo afecta tu estado de ánimo, también altera los mecanismos de recompensa y motivación del cerebro, impulsando decisiones que normalmente evitarías.

Durante estas horas, tu atención se enfoca más en lo negativo y las inhibiciones se reducen. Algo que pudo ser útil en tiempos prehistóricos para detectar peligros ahora favorece la ansiedad, los pensamientos oscuros y, en general, comportamientos más impulsivos.

Riesgos para la salud y la conducta

El impacto no es solo psicológico. Estudios muestran que la noche también aumenta la propensión a conductas de riesgo: desde decisiones impulsivas hasta mayor vulnerabilidad frente al consumo de sustancias. En Brasil, por ejemplo, se registró un incremento de casi cinco veces en sobredosis de opioides durante la madrugada, un reflejo de cómo el cerebro reacciona de forma menos racional cuando se fuerza más allá de su horario natural.

Comprender sin alarmarse

Aunque la investigación confirma que el cerebro funciona mejor durante el día, no significa que quienes trabajan o viven de noche estén condenados a daños irreversibles. La vida moderna y los sistemas en los que vivimos muchas veces dificultan mantener hábitos saludables, desde horarios de trabajo hasta la presión social. Comprender cómo funciona tu mente y tus ritmos internos puede ayudarte a tomar decisiones más conscientes, planificar descansos y respetar los momentos en los que tu cerebro necesita recuperarse, sin necesidad de alarmarse.

Despertar de noche no es solo un hábito: es un desafío para tu mente. Reconocer sus límites y actuar con conocimiento puede marcar la diferencia entre agotamiento, impulsividad o simplemente aprovechar la noche con mayor equilibrio.


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Imagen de portada: pexels