Un estudio revela que la contaminación deteriora la salud mental
Salud
Por: Carolina De La Torre - 09/15/2025
Por: Carolina De La Torre - 09/15/2025
La contaminación no solo enferma los pulmones o el corazón: también puede dejar huella en el cerebro. Un equipo de la Universidad Johns Hopkins ha identificado un mecanismo molecular que explica cómo la exposición a partículas finas del aire (PM2.5) puede favorecer la aparición de demencias, en especial la demencia por cuerpos de Lewy, la segunda más frecuente después del alzhéimer.
Este trastorno se caracteriza por la acumulación anormal de la proteína alfa-sinucleína en el cerebro, generando problemas de memoria y de movimiento. El estudio muestra que, al inhalar estas partículas contaminantes, la proteína cambia de forma y se convierte en una variante tóxica, capaz de propagarse de manera más agresiva y dañar las neuronas.
Los investigadores confirmaron la relación con dos enfoques: primero, al analizar datos de más de 56 millones de pacientes en EE. UU. durante 14 años; y después, en experimentos con ratones. Los animales expuestos a la polución desarrollaron atrofia cerebral y deterioro cognitivo, mientras que aquellos modificados genéticamente para no producir alfa-sinucleína no mostraron daño.
Nuevos estudios refuerzan el vínculo de la contaminación con la demenciahttps://t.co/7SjXUlbmy1
— @Troposfera (@Troposfera) September 11, 2025
Aunque el hallazgo no significa que todas las personas que respiran aire contaminado desarrollarán demencia, sí coloca a la polución como un factor de riesgo claro. “La contaminación actúa como catalizador y convierte a la proteína en un superpropagador de daño”, explica Xiaobo Mao, autor principal del estudio publicado en Science.
Especialistas en neurología piden cautela: el riesgo absoluto es menor que el del tabaco frente al cáncer, pero la señal está ahí. Reducir la contaminación se vuelve no solo un tema ambiental, sino también una medida preventiva de salud cerebral.
El trabajo abre además la puerta a terapias dirigidas a frenar la interacción entre contaminantes y la proteína, aunque los propios científicos admiten que aún quedan incógnitas por resolver: desde los componentes específicos de PM2.5 que resultan más dañinos, hasta la forma en que influyen los factores genéticos individuales.
Por ahora, el mensaje es directo: respirar aire limpio no solo protege los pulmones, también puede ser una defensa contra el deterioro cognitivo.