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Estados Unidos confirmó que abandonará la Unesco a finales de 2026. La decisión, criticada por la ONU y la agencia cultural, marca un nuevo distanciamiento con implicaciones políticas y culturales.

 

La directora general de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), Audrey Azoulay, expresó este martes su “profundo pesar” ante el anuncio de que Estados Unidos se retirará nuevamente de la agencia para finales de diciembre de 2026. A esta postura se sumó el secretario general de la ONU, António Guterres, quien lamentó “profundamente” la decisión del país norteamericano, según reportó su portavoz durante una rueda de prensa en Nueva York. 

La realidad es que el distanciamiento no es nuevo. Esta sería la tercera ocasión en la que Estados Unidos se aleja del organismo cultural de las Naciones Unidas. Las salidas anteriores ocurrieron en 1984, bajo la administración de Ronald Reagan, y en 2017, durante el primer mandato de Donald Trump. En ambas ocasiones, el argumento de Washington giró en torno a diferencias políticas, particularmente por las posturas de la Unesco respecto al conflicto entre Israel y Palestina.

Audrey Azoulay señaló que, a pesar de la noticia, la organización está preparada para la salida del país de las 50 estrellas, y es que la funcionaria también advirtió que la retirada de Estados Unidos podría tener consecuencias negativas, especialmente para las universidades, ciudades y comunidades estadounidenses que colaboran con la agencia o que buscan integrarse a redes culturales como el patrimonio mundial o las ciudades creativas.

Impacto económico

A diferencia de 2017, cuando la contribución de Estados Unidos representaba casi el 25% del presupuesto de la Unesco, actualmente equivale a tan solo el 8%. Esta reducción ha sido compensada por el aumento en las aportaciones voluntarias de otros países, que han duplicado su volumen desde 2018, y por un crecimiento constante en el presupuesto global de la agencia.

En lugar de retroceder, la Unesco ha intensificado su labor en diversas áreas clave. Entre sus iniciativas destacan la reconstrucción del casco antiguo de Mosul, en Irak; el desarrollo de normas internacionales sobre ética en inteligencia artificial; programas educativos en zonas de conflicto como Ucrania, Yemen o Líbano; y esfuerzos en la protección ambiental y la igualdad de género.

Aunque la salida formal de Estados Unidos está prevista para finales de 2026, la retirada representa no solo un golpe diplomático, sino también un cuestionamiento al compromiso del país con las instituciones internacionales que promueven la cultura, la educación y la ciencia como herramientas para la paz.


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Imagen de portada: Andolu / Getty Images