«Mis muertos tristes»: la serie de Pablo Larraín basada en la obra Mariana Enríquez llega a Netflix
Arte
Por: Carolina De La Torre - 06/04/2025
Por: Carolina De La Torre - 06/04/2025
Los muertos no siempre gritan. A veces se quedan en el pasillo, susurrando entre la memoria, el cuerpo y la casa. De eso va Mis muertos tristes, la nueva miniserie de Netflix dirigida por Pablo Larraín y basada en relatos de la escritora argentina Mariana Enríquez. Una obra que promete no tanto asustar, sino inquietar. Desacomodar. Dejar algo en el pecho. Como una punzada. O una presencia.
Con estreno aún sin fecha, pero ya en etapa de preproducción, esta serie de cuatro episodios entrelaza varios cuentos de Enríquez —Mis muertos tristes, Julie, Un lugar soleado para gente sombría y Cuando hablábamos con los muertos— y construye una narrativa donde el terror no se esconde en criaturas ajenas, sino en lo que guardamos debajo de la cama, en la habitación que cerramos, en el deseo que no nombramos.
La sinopsis se centra en Ema, una médica de 60 años que puede ver a los muertos. Les dice "presencias", pero su habilidad ha sido más bien una condena: lleva toda la vida evitando sentir el dolor ajeno, haciendo de su don un silencio. Sin embargo, todo cambia cuando su sobrina Julie —una joven perturbada que también puede comunicarse con los muertos, aunque de una forma más carnal, más voraz— llega a su casa. Lo que empieza como un reencuentro familiar se vuelve una cadena de eventos turbios, donde la frontera entre vivos y muertos se vuelve porosa. Donde el barrio entero empieza a oír voces. Donde las mujeres se ven obligadas a recordar.
Con guion de Enríquez, Larraín, Guillermo Calderón y Anastasia Ayazi, la miniserie se filmará entre Buenos Aires y Santiago de Chile. Y contará con un elenco que respira peso y talento: Mercedes Morán, Dolores Fonzi, Alejandra Flechner, Carlos Portaluppi, Germán de Silva, Luz Jiménez y la debutante Carolina Sánchez Álvarez.
Enríquez y Larraín no se aproximan al terror desde lo grotesco, sino desde lo cotidiano. Desde lo que persiste en los márgenes: la pobreza, el duelo, la violencia estructural, los crímenes que nunca llegaron a juicio. “Es un terror doméstico, casual, que inspira e inspirará muchas adaptaciones al cine y la televisión”, explicó Larraín. Un horror íntimo. Femenino. Argentino. Latinoamericano. Con cicatrices que se sienten más que se ven.
“Mis muertos tristes", una nueva miniserie de terror dirigida por Pablo Larraín. Basada en el cuento homónimo de Mariana Enriquez.
— Fabula (@Fabula_prod) June 2, 2025
Protagonizada por Mercedes Morán, Dolores Fonzi y Alejandra Flechner.
Una producción de Fabula, en colaboración con K&S Films. pic.twitter.com/CA2gZxVvKL
Los relatos elegidos para esta adaptación —extraídos de Un lugar soleado para gente sombría y otras obras— hablan de adolescentes haciendo espiritismo para encontrar a sus familiares desaparecidos (Cuando hablábamos con los muertos), de una joven enferma que mantiene relaciones con fantasmas (Julie), o de la relectura espectral del caso Elisa Lam en un hotel maldito de Los Ángeles (Un lugar soleado para gente sombría). Todos cuentos donde lo sobrenatural se funde con lo político. Con lo íntimo. Con la soledad.
Mis muertos tristes también marca el regreso de Larraín al género después de El Conde (2023), esa sátira gótica donde Pinochet era un vampiro. Pero esta vez el enfoque es otro: no hay dictadores con colmillos, sino mujeres que cargan con demasiados silencios. Y muertos que no descansan.
“Las adaptaciones son lecturas”, dijo Enríquez. Y esta promete ser una de esas lecturas que nos obligan a ver lo que no queremos mirar: el fantasma de nuestras propias heridas.