¿Por qué el Día de las Madres se celebra el 10 de mayo en México?
Sociedad
Por: Carolina De La Torre - 05/06/2025
Por: Carolina De La Torre - 05/06/2025
Cada 10 de mayo, México se detiene para rendir homenaje a las madres. Más allá de las flores, los desayunos escolares y las promociones comerciales, la fecha tiene un trasfondo cultural e ideológico que vale la pena conocer. Su origen no solo responde a un gesto de gratitud familiar, sino también a una estrategia institucional que reforzó ciertos roles de género, en un momento clave para la historia de las mujeres en el país.
La figura materna ha sido venerada desde tiempos prehispánicos. En las culturas mesoamericanas se rendía culto a deidades asociadas con la fertilidad, la tierra y la vida, lo que sentó las bases de una fuerte conexión simbólica con la maternidad. Con la llegada de los colonizadores españoles, estas creencias se sincretizaron con el culto católico, en particular con la Virgen María. En México, esta fusión alcanzó su máxima expresión con la Virgen de Guadalupe, quien desde entonces ha ocupado un lugar central tanto en lo espiritual como en lo cultural.
Pero fue en 1922 cuando el Día de las Madres se institucionalizó en México. La iniciativa fue promovida por Rafael Alducin, director del diario Excélsior, y respaldada por José Vasconcelos, entonces Secretario de Educación Pública. La campaña tuvo un éxito inmediato, aunque no fue del todo inocente. En Yucatán, por esas mismas fechas, un grupo de mujeres liderado por Esperanza Velázquez impulsaba un movimiento feminista a favor de la planificación familiar. La respuesta de sectores conservadores, incluida la Iglesia católica, fue reforzar la exaltación de la maternidad tradicional. El Día de las Madres se convirtió, así, en una forma de reafirmar el papel de la mujer como madre y cuidadora del hogar.
La elección del 10 de mayo tampoco fue al azar. En la tradición católica, mayo es desde hace varios siglos el mes dedicado a la Virgen María, y en aquella época en México se acostumbraba pagar los salarios cada diez días (decenas), lo que facilitaba que las familias tuvieran un pequeño ingreso disponible para conmemorar la fecha. Algunas fuentes apuntan que ya en 1913 se celebró en Oaxaca un Día de las Madres, esto impulsado por la esposa de un presbítero metodista, quien leyó sobre la conmemoración en una revista estadounidense y decidió replicarla. Aunque no se tiene una fecha ni dato exacto sobre cuál fue el primer festejo formal, eso es lo que se sabe hasta ahora.
México fue el primer país latinoamericano en adoptar oficialmente esta celebración. La devoción por la figura materna fue tal que el 10 de mayo de 1949 se inauguró en la capital del país el Monumento a la Madre, encargado al escultor Luis Ortiz Monasterio y el cual aún permanece como símbolo de ese reconocimiento.
Sin embargo, el significado de la fecha ha evolucionado poco. A más de un siglo de que las mujeres comenzaron a abrirse paso en el ámbito laboral y educativo, la maternidad sigue siendo su rol más valorado socialmente. En muchos hogares, todavía se espera que, además de proveer económicamente, las madres eduquen, críen y mantengan unidos a sus núcleos familiares. Esta carga emocional e histórica ha comenzado a cuestionarse desde distintos frentes, especialmente por las nuevas generaciones de mujeres que exigen autonomía, corresponsabilidad y reconocimiento más allá de la maternidad.
El Día de las Madres no solo es una fecha para celebrar. También es una oportunidad para reflexionar sobre cómo hemos construido —y seguimos construyendo— los imaginarios sociales en torno a la maternidad.