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«Better Man»: la alienación del ser y el vacío de la fama en la historia de Robbie Williams

Arte

Por: Carolina De La Torre - 03/07/2025

El peso de la mirada del otro en la construcción de la identidad de Robbie Williams

Better Man, la biopic sobre Robbie Williams que nos lleva a un viaje introspectivo en la vida de la icónica estrella pop, un hombre que se ve atrapado en el reflejo distorsionado de su propio anhelo, un deseo que, desde su niñez, se enjaula en la mirada ajena. Esa mirada, que Sartre conceptualizó como le regard, un constante juicio que transforma la esencia misma del ser. Williams, al igual que muchos de nosotros, vive atrapado en el juego entre el ser y el parecer, donde el verdadero deseo se diluye, se desquebraja en la maraña de lo que los demás esperan, de lo que la sociedad y el deseo impone como necesario para alcanzar la aceptación.

La película nos ofrece un retrato doloroso del vacío que puede conllevar la fama, esa necesidad de ser “suficiente” que, en realidad, nunca-es-suficiente-, un eco que resuena a través de las palabras de su padre, quien le asegura que Sinatra tenía “eso” que lo hacía grande. Un “eso” fantasmal, intangible, pero que se convierte en un peso insoportable, un mandato no dicho que lo acompaña durante toda su vida, primero desde el ajeno, y luego desde su propia voz interior.

Robbie se enrolla en esa búsqueda interminable por llenar el vacío, con un afán por ser visto y validado por los otros, se oculta a sí mismo convirtiéndose en un mono de espectáculo, un ser absorto de sí mismo, que se odia, luchando contra un enemigo que en realidad es él mismo. La imagen de Sinatra, con su voz llena de promesas de grandeza, se convierte en un espejo roto que refleja el vacío de su propia existencia. My Way, esa canción que recita con su padre, no es solo un himno de aspiración, sino un lamento. Un lamento por un “camino” que, al final, nunca fue realmente suyo.

Sartre decía que cuando nos miramos a través de los ojos del otro perdemos la capacidad de vernos a nosotros mismos con claridad. Better Man (Michael Gracey, 2025) nos recuerda, con la crudeza de una biografía no escrita, que las expectativas de los demás pueden ser un campo de batalla interno, donde la identidad se fragmenta y la lucha por la autenticidad se convierte en un eco lejano. Williams termina por encontrar la única forma de hacer las paces con su ser, no en la conquista del escenario, sino en la reconciliación con su propia mirada.

En esta biopic, el dolor y la belleza se entrelazan en una coreografía vistosa pero sutil. La película no es solo un relato del glamour de la fama y la caída al  fracaso en donde la estrella pop es la elegida por mano de Dios para esa dicha divina; es un espejo que refleja las tensiones internas de todos aquellos que, alguna vez, se sintieron atrapados en la mirada de otro.

 


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