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Electricista encontró por casualidad preciosos frescos del siglo XVII

Arte

Por: Agatha Capote - 11/13/2024

Al realizar trabajos sobre un falso techo en una villa romana, un electricista se topó de pronto con una escena inesperada: querubines de mejillas sonrosadas que aguardaban el momento justo para volver a mirar el mundo

La reciente revelación de frescos ocultos en la Villa Farnesina, en Roma, es un fascinante hallazgo que añade una capa de misterio y belleza a esta renombrada construcción renacentista. Un electricista, Davide Renzoni, descubrió estos frescos del siglo XVII detrás de un falso techo, durante trabajos de mantenimiento en la Villa Farnese, situada a orillas del río Tíber. Al iluminar el área con una lámpara, se encontró cara a cara con figuras de querubines de mejillas sonrosadas, rodeadas de intensos colores azul, rojo y dorado, que han conservado notablemente su esplendor.

Electricista encuentra por casualidad preciosos frescos del siglo XVII

Estos frescos, pintados por un artista poco conocido, muestran escenas decorativas en las que querubines sostienen un festón verde, y otro porta un casco dorado. En una parte de la pintura se aprecia el escudo de armas de la noble familia Farnese, quienes estuvieron conectados con la villa cuando el Cardenal Alessandro Farnese la compró en 1579. Su idea era crear un puente entre la Villa Farnesina y el Palacio Farnese al otro lado del río; sin embargo, el proyecto nunca se concretó.

La historia de la Villa Farnesina es rica y singular. Construida a principios del siglo XVI por encargo de Agostino Chigi, un banquero y mecenas del Renacimiento, la villa es famosa por los frescos de Rafael, uno de los más grandes maestros de la época. A lo largo de los siglos, la propiedad ha sido testigo de renovaciones y cambios de propiedad, pasando a ser del estado italiano en 1927, cuando se llevaron a cabo restauraciones importantes que eventualmente sepultaron los frescos en el olvido.

La redescubierta de estas pinturas ha sido tan significativa que ha inspirado una exposición centrada en el siglo XVII, que se exhibe en los jardines de la villa y está abierta al público hasta el 12 de enero. Aunque el acceso directo a los frescos está restringido por motivos de seguridad, los visitantes pueden admirarlos a través de fotografías y videos como parte de la exposición. Este acceso digital no solo permite la apreciación pública, sino que facilita la vigilancia del estado de conservación de las obras, una medida crucial para su preservación futura.

Este hallazgo nos recuerda que la historia nunca está completamente escrita, y que en cada rincón olvidado de un monumento pueden yacer vestigios de un pasado que aguarda pacientemente para ser redescubierto.

 

Imagen de portada: Filippo Monteforte