La naturaleza del tiempo en la mecánica cuántica ha sido objeto de debate desde hace siglos, pero recientes teorías han sugerido que el tiempo podría no ser un componente fundamental de la realidad, sino un fenómeno emergente. Desde que Einstein propuso que la distinción entre pasado, presente y futuro es una "ilusión persistente", la concepción del tiempo ha sido replanteada en numerosas ocasiones.
Un reciente estudio realizado por un equipo del Consejo Nacional de Investigación de Italia ofrece una nueva perspectiva: el tiempo, tal como lo percibimos, podría ser una consecuencia del entrelazamiento cuántico, un fenómeno en el que dos partículas permanecen conectadas de manera instantánea, sin importar la distancia que las separe. Según esta visión, el tiempo no sería un componente intrínseco del universo, sino una ilusión creada por la interacción cuántica de los objetos con el "reloj" con el que medimos el paso del tiempo.
La física clásica, fundamentada en la relatividad de Einstein, describe el tiempo como parte de la estructura del espacio-tiempo, que puede curvarse y dilatarse bajo la influencia de la gravedad. En cambio, la mecánica cuántica trata el tiempo como una constante inmutable que no interactúa con los objetos de la misma forma. Esto genera una desconexión entre ambas teorías, ya que describen el tiempo de maneras distintas en escalas diferentes: la física clásica se aplica a grandes estructuras cósmicas, mientras que la cuántica aborda lo microscópico.
El modelo propuesto por Alessandro Coppo y su equipo intenta unificar ambas concepciones. Basándose en experimentos matemáticos, sugieren que cuando observamos el cambio en un objeto a lo largo del tiempo, no estamos viendo el tiempo en sí, sino el resultado del entrelazamiento cuántico entre el objeto y el reloj que utilizamos para medirlo. Así, un observador externo al sistema cuántico percibiría un universo estático e inmutable, sin ningún cambio aparente.
Este enfoque cuestiona la idea de que el tiempo es un componente fundamental de la realidad, sugiriendo en cambio que surge de interacciones cuánticas. En sus experimentos, los investigadores modelaron un reloj como un sistema de pequeños imanes entrelazados con un oscilador cuántico, lo que permitió simplificar la complejidad matemática del fenómeno. A través de este modelo, descubrieron que las ecuaciones que describen el comportamiento de los objetos clásicos podían explicarse como un subproducto del entrelazamiento cuántico, lo que indica que el tiempo podría surgir de esta interacción incluso en sistemas macroscópicos.
En este sentido, el tiempo sería una manifestación emergente de los procesos cuánticos subyacentes, y no una dimensión independiente. Si esta idea es correcta, podría implicar que nuestra percepción del tiempo es el resultado de un entrelazamiento físico a nivel cuántico. De hecho, en un universo primigenio, antes de que existiera este entrelazamiento, el tiempo podría no haber existido tal como lo entendemos hoy.
Este enfoque plantea importantes interrogantes sobre la naturaleza del tiempo y su relación con la mecánica cuántica. Aunque la teoría es prometedora, aún queda mucho por investigar antes de que podamos confirmar o refutar si el tiempo es verdaderamente una ilusión cuántica.
Imagen: Space.com