Renos vs parques eólicos: la resistencia de los sami, últimos indígenas europeos
Sociedad
Por: Marijo Bazán - 04/09/2022
La construcción de un parque eólico en los terrenos de pastoreo de renos pone en peligro el sistema económico de los sami
Los sami son considerados la última sociedad indígena de Europa. Tradicionalmente, el sistema económico que sustenta sus hogares es la cría de renos y en Noruega esta comunidad es la única que tiene derecho a tener renos en propiedad, fruto de la herencia de su cultura. Pero a pesar de que se tiene constancia de que casi desde hace 10 mil años ya habitaban estas tierras, no fue sino hasta los años noventa del siglo pasado, con la creación de un Parlamento sami dentro del estado noruego, que empezaron a recuperar sus derechos como pueblo (los cuales les habían sido arrebatados 400 años antes).
Foto: Nicolas Lafargue / Unsplash
Como muchas otras comunidades indígenas del mundo, sus integrantes defienden y preservan su lengua, cultura y tradiciones, además de los conocimientos milenarios que les permiten tener una relación cosmogónica con la naturaleza. Por eso los criaderos de renos representan no sólo un ingreso económico, sino una forma de conservar ese estrecho lazo con su entorno y sus antepasados.
Lamentablemente, un proyecto que será considerado para el desarrollo energético de la región amenaza con desplazar y despojar a los samis de terrenos que utilizan para el pastoreo de renos. En la península noruega se construyó el parque eólico de Storheia operado por la empresa Statkraft, lo que provocó un irremediable daño al medioambiente pues, de acuerdo con las familias sami, los renos han dejado de merodear por la zona por el ruido, la contaminación visual y los efectos propios de las actividades humanas.
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Foto: Jonathan Nackstrand / AFP
Aunque en octubre de 2021, 11 jueces de la Corte Suprema de Noruega declararon inválidos los permisos operacionales y las autorizaciones de expropiación para la construcción de 151 turbinas eólicas, no se dictaminaron las acciones para desmantelar las turbinas y toda la infraestructura.
Foto: Jonathan Nackstrand / AFP
La de los sami es una de las tantas luchas en el mundo que intentan preservar y cuidar el legítimo derecho a existir bajo una cosmovisión propia. El desarrollo y el progreso no deben ser sinónimos de ecocidio.
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