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A pocos días de que termine el año, Londres amaneció con una nueva obra de Banksy, un mural de dos niños que miran al invierno desde el tejado de un edificio viejo. La pieza se suma a una serie de intervenciones recientes del artista, marcadas por la esperanza, la crítica social y una lectura política del presente.

A unos días de que termine uno más de los caóticos años veinte de este siglo, una obra le dio los buenos días a la ciudad de Londres, Inglaterra. Esta obra que abre la puerta a la interpretación de la esperanza no podía ser otro artista urbano más que Banksy, quien este año nos iluminó con un faro pintado en Marsella y nos apabulló con un juez diestro en la opresión de su mazo. 

La mañana de este 22 de diciembre –justamente cuando comienza el invierno–la ciudad también conocida como “The Big Smoke”, amaneció con la más reciente obra del artista originario de Bristol. Se trata de un mural en blanco y negro ubicado en la pared de un viejo edificio que proyecta las siluetas de un par de niños recostados, enfundados con ropa invernal –gorros, guantes y botas– mientras miran y apuntan con un dfedo hacia el cielo. 

¿Qué pueden ver un par de niños en el solsticio de invierno mientras observan la inmensidad del infinito? La obra fue publicada en la cuenta oficial de Instagram de Banksy este lunes y nos deja un regalo de Navidad anticipado.

 

En mayo de este año, el (des)conocido artista reveló una nueva intervención en el espacio público: la silueta de un faro trazada sobre el asfalto, acompañada por la frase “I want to be what you saw in me” (“Quiero ser lo que tú viste en mí”). La pieza fue documentada desde dos ángulos. 

En el primero, el faro aparece delineado en negro, con destellos blancos que simulan una luz intermitente; su sombra, cuidadosamente pintada, se extiende hasta un bolardo cercano, integrando el mobiliario urbano a la composición. La segunda imagen muestra a una pareja paseando a sus perros, una escena cotidiana que ancla la obra al pulso habitual de la ciudad.

 

Meses después, en septiembre, el artista volvió a provocar conversación pública con un dibujo realizado sobre una de las fachadas exteriores de la Royal Courts of Justice, en Londres. La escena representa a un juez levantando un mazo sobre un manifestante tendido en el suelo, junto a una pancarta salpicada de sangre.

La intervención surgió solo dos días después de que 900 personas fueran detenidas en la capital británica durante una protesta en apoyo a la organización proscrita Palestine Action, una jornada marcada por enfrentamientos y tensiones entre fuerzas policiales y manifestantes.

 


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