“Evite su consumo”: la dura pero justa medida chilena contra los alimentos ultraprocesados
Buena Vida
Por: Yael Zárate Quezada - 11/20/2025
Por: Yael Zárate Quezada - 11/20/2025
Dentro de América Latina, Chile ha sido un país a la vanguardia, no ya porque fue uno de los primeros en reconocer el voto de las mujeres, despenalizar el consumo de marihuana, refrendar el matrimonio homoparental y, más recientemente, legalizar la eutanasia; hoy, el país del sur global vuelve a dar un paso adelante con un sello que además de alertar sobre el alto consumo de grasas saturadas o el exceso de azúcares, literalmente advierte a las y los compradores: Evite su consumo.
A partir de la entrada en vigor del Decreto 24 en abril de este año, la normativa chilena elevó el nivel de exigencia en la publicidad de alimentos catalogados como insanos. Lo que antes era una sugerencia del tipo “prefiera alimentos con menos sellos”, ahora se transformó en un mensaje directo y contundente: “Alimento con sello ‘alto en’ evita su consumo”. La medida apunta a frenar el impacto de productos ultraprocesados que, según distintos especialistas, contribuyen al aumento de enfermedades crónicas asociadas a la mala alimentación.
Desde 2016, cuando comenzó la aplicación de la Ley 20.606 sobre composición nutricional de los alimentos, los supermercados en Chile empezaron a mostrar en el frente de los empaques los característicos octógonos negros. Estas señales advertían si el producto era alto en sodio, grasas saturadas, azúcares o calorías, basándose en los límites establecidos por el Reglamento Sanitario de los Alimentos.
Aunque el sistema fue pionero en la región y ampliamente reconocido, las autoridades decidieron reforzarlo al considerar que la advertencia inicial ya no era suficiente para desincentivar el consumo.
Con el nuevo decreto, el objetivo es eliminar cualquier ambigüedad en la interpretación del etiquetado. Para el gobierno chileno encabezado por Gabriel Boric, la claridad es la base: un producto es saludable o no lo es, y la advertencia debe ser tan explícita que no requiera conocimiento técnico para comprenderla sin importar la afectación a las ventas de la industria alimentaria.

La tecnóloga de alimentos y nutricionista Beatriz Robles señala en una columna publicada en El País que “Necesitamos políticas sólidas desde la infancia, normas que obliguen a que las etiquetas sean claras y comprensibles, incentivos que promuevan la compra de alimentos saludables y sanciones para los productos más perjudiciales. Pero mientras esas –y otras– medidas se instauran, contar con herramientas que realmente disuadan de consumir lo insano sigue siendo una estrategia válida”.
La contundencia del gobierno chileno con respecto al nuevo sello podría marcar un precedente para que otros países adopten estrategias similares en la lucha contra la mala alimentación.