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Documentos inéditos revelan que Exxon financió a grupos de expertos y tradujo libros para socavar la acción anti-crisis climática en América Latina

Archivos obtenidos por el medio británico The Guardian muestran que Exxon, empresa petrolera radicada en Texas, canalizó recursos hacia la coalición Atlas Network para fomentar entre los países del Sur Global una orientación que menospreciara el cambio climático y las acciones de las Naciones Unidas (ONU) para contrarrestar sus efectos. 

Los documentos incluyen no sólo correspondencia interna sino también comprobantes de pago reales que evidencian la sistematización de la operación.


Parte de la estrategia consistió en traducir al español y al chino libros originalmente en inglés que cuestionaban que el cambio climático fuese antropogénico; costear viajes de expertos negacionistas hacia ciudades latinoamericanas; y organizar eventos públicos que facilitaron el acceso de esas voces a los medios locales y a decisores políticos.


En el informe de estrategia que Atlas envió a Exxon aparece la frase de que “esta inversión en políticas públicas orientadas al mercado es una clave vital para nuestra prosperidad y bienestar futuros, y para que los inversores de Exxon sigan obteniendo fuertes rendimientos”.


Ante el interés creciente por los mecanismos de rendición de cuentas, el investigador Kert Davies señaló que “esto es una historia bastante fea” porque Exxon entendía que si convencía a los países en desarrollo de que el cambio climático no era una crisis, jamás se conseguiría un tratado climático global. 

Las implicaciones de la negación del cambio climático

Aunque las actividades señaladas corresponden a los años finales de los noventa y los primeros de los dos mil, sus efectos persisten. En el contexto de que Brasil se prepara para recibir la COP30 en la ciudad amazónica de Belém, resulta imprescindible evaluar cómo esas campañas de desinformación minaron la confianza, ampliaron fracturas geopolíticas y retrasaron la acción colectiva climática. 

Adicionalmente, se han publicado estudios que demuestran que los científicos internos de Exxon anticiparon los efectos del calentamiento global —con modelos tan certeros como los académicos— mientras la empresa mantenía públicamente una postura de incertidumbre. 

En el texto de The Guardian, el académico Carlos Milani, de la Universidad Estatal de Río de Janeiro, subrayó que “la atmósfera tiene una enorme memoria histórica en lo que respecta a las emisiones de gases de efecto invernadero… lo que sucedió hace 30 años importa mucho”. 

Hoy, cuando los efectos físicos del cambio climático se intensifican —con arrecifes de coral al borde del colapso y la selva amazónica bajo riesgo inminente— resulta de suma importancia comprender los hechos pasados, pero también cómo esos hechos moldearon el presente. 

La campaña de Exxon y sus aliados apuntaba a desactivar la construcción de consensos globales. Esto plantea preguntas éticas y políticas sobre la responsabilidad corporativa y el derecho común a un futuro climático viable.


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Imagen de portada: Barry Lewis