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El hallazgo, de 200 metros de longitud, incluye rastros de saurópodos y un carnívoro; una “autopista jurásica” que revela nuevos secretos sobre la vida prehistórica en Europa

En Oxfordshire, Inglaterra, la historia acaba de dejar una marca literal: un rastro de dinosaurios que se extiende por más de 200 metros, casi como una autopista prehistórica que nos conecta con el Jurásico Medio. Paleontólogos británicos descubrieron esta secuencia de huellas durante una excavación de verano en la cantera Dewars Farm, un sitio ya famoso por otros hallazgos en los años 90 y 2024.

Lo que hace único a este hallazgo no es solo su longitud, sino su estado de conservación. La paleontóloga Kirsty Edgar, de la Universidad de Birmingham, lo describe como “extremadamente inusual”: la claridad de las pisadas permite reconstruir cómo estos animales se movían, interactuaban y compartían su entorno.

Un camino para gigantes

El conjunto incluye cinco pistas principales: cuatro pertenecen a saurópodos, los enormes herbívoros de cuello largo como el Cetiosaurus, capaces de alcanzar hasta 18 metros de largo, y una pista más corta, pero igual de impresionante, al Megalosaurus, un carnívoro de unos nueve metros. En total, los científicos registraron más de 200 huellas que permiten seguir el recorrido de estos gigantes casi como si caminaran frente a nosotros.

“Es raro hallar algo tan grande y tan bien conservado que nos permita obtener una imagen tan clara de este mundo antiguo”, explica Edgar.

Huellas y un entorno marino oculto

Pero las huellas no son lo único que quedó atrapado en el tiempo. Junto a ellas, el equipo desenterró conchas marinas y un erizo fósil, restos que indican que estos dinosaurios caminaban por una laguna costera o zona de mareas. El lodo de aquel entonces funcionó como una imprenta natural, conservando cada pisada con un detalle extraordinario, como si el tiempo mismo hubiera decidido inmortalizar aquel paseo jurásico.

Duncan Murdock, del Museo de Historia Natural de la Universidad de Oxford, señala que estos hallazgos ofrecen pistas sobre cómo los ecosistemas del Jurásico temprano funcionaban y cómo diferentes especies compartían un mismo espacio, herbívoros y carnívoros incluidos.

Una ventana al pasado

Además de ser una joya para los paleontólogos, esta “autopista” de dinosaurios plantea preguntas que aún desafían la imaginación: ¿cuántos rastros similares permanecen ocultos bajo nuestros pies, esperando ser descubiertos? Cada huella, cada concha, cada detalle es un mensaje directo desde hace 166 millones de años, revelando secretos sobre el comportamiento, el movimiento y la vida cotidiana de estos animales que dominaron la Tierra mucho antes de que llegáramos nosotros.

El hallazgo de Oxfordshire no solo nos recuerda la magnitud de aquellos gigantes, sino también la riqueza de nuestro planeta prehistórico y la paciencia que requiere la ciencia para leer los vestigios de su historia. Esta autopista de dinosaurios nos acerca al pasado, pero también nos deja frente a la maravilla de lo que todavía puede permanecer escondido, esperando a ser contado.


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Imagen de portada: Euronews