*

Gobierno de Donald Trump otorga financiamiento de 20 mil MDD a gobierno de Javier Milei

Sociedad

Por: Mateo León - 10/11/2025

EE.UU. lanza un salvavidas financiero a Milei con un swap de 20 mil millones; el experimento libertario argentino se tambalea

La Casa Blanca lanza un salvavidas financiero a Argentina en medio de la crisis política, la presión cambiaria y el desconcierto global por el modelo libertario del presidente Milei. Pero, ¿qué se juega realmente con este acuerdo?

Argentina está al borde de su enésimo colapso financiero. En apenas unas semanas, el valor del peso se desmoronó, el Banco Central perdió más de 1,000 millones de dólares intentando sostener la moneda, y el presidente Javier Milei enfrenta una creciente oposición tanto en el Congreso como en las calles. En ese contexto, el gobierno de Estados Unidos anunció un movimiento inusual: un acuerdo de swap por 20 mil millones de dólares y la compra directa de pesos argentinos en el mercado, según confirmó el secretario del Tesoro, Scott Bessent.

“Argentina enfrenta un momento de aguda falta de liquidez”, señaló Bessent desde su cuenta en X. “La comunidad internacional, incluyendo el FMI, está unida detrás de Argentina y su prudente estrategia fiscal, pero solo Estados Unidos puede actuar rápidamente. Y actuaremos”. La frase parece sacada de un discurso de guerra fría, pero revela el nuevo escenario geopolítico: en un mundo de polarización financiera, Washington apuesta por Milei como su alfil económico en el Cono Sur.

El presidente argentino, por su parte, reaccionó como suele hacerlo: en redes sociales. Saludó a Bessent y al "mejor ministro de Economía de toda la historia argentina" —Luis Caputo— y celebró la promesa de construir “un hemisferio de libertad económica y prosperidad”. El mensaje es claro: Milei busca no solo apoyo financiero, sino legitimidad internacional para una agenda de shock neoliberal que ha encendido todas las alarmas internas.

A pesar de las cifras y la intervención directa en el mercado cambiario, el Tesoro estadounidense insiste en que esto no es un “rescate”. Oficialmente, se trata de una línea de swap con el Banco Central argentino —similar a las que existen entre países aliados—, pero con un fuerte componente de confianza política. De hecho, el Tesoro fue más allá que el propio FMI, con quien Argentina ya mantiene un acuerdo de 20 mil millones firmado en abril, también bajo condiciones estrictas de disciplina fiscal.

El respaldo de Estados Unidos tiene varias capas: además del componente económico, hay un cálculo geoestratégico. “El éxito de la agenda de reformas de Argentina es de importancia sistémica (...) Su éxito debería ser una prioridad bipartidaria”, dijo Bessent. Es decir: Milei no solo es visto como un líder local, sino como una pieza clave en el ajedrez del hemisferio occidental.

La apuesta, sin embargo, es arriesgada. Las políticas de Milei —privatizaciones, reducción drástica del gasto público, liberalización del mercado cambiario— han provocado protestas masivas, una pérdida acelerada del poder adquisitivo, y una creciente desconfianza interna. El propio gobierno tuvo que recurrir al control de daños cuando el peso rozó los 1,500 por dólar y los bonos argentinos se hundieron. Tras el anuncio del swap, el dólar bajó a 1,420 pesos.

Entre la urgencia económica y la fragilidad democrática

El movimiento de Washington llega justo cuando Milei atraviesa su momento político más delicado. La derrota legislativa en septiembre, sumada al creciente malestar por los efectos de sus políticas de ajuste, amenazan con aislar aún más a su administración. La visita a la Casa Blanca, prevista para el 14 de octubre, es también un intento de recomponer imagen y obtener respaldo explícito frente al FMI y los mercados.

Pero no todos están convencidos. Algunos legisladores demócratas ya han pedido explicaciones al gobierno de Trump sobre esta ayuda, en especial por el impacto que podría tener en sectores agrícolas estadounidenses. Y en Argentina, los críticos acusan a Milei de hipotecar la soberanía económica a cambio de financiamiento condicionado.

A largo plazo, el verdadero dilema no es si el plan funcionará, sino a qué costo político y social. La dolarización encubierta, el desmantelamiento del Estado y la dependencia creciente de actores externos parecen ser el precio a pagar por esta estabilidad momentánea. Como advierte el periodista Daniel Gallas en la BBC, “el préstamo de Estados Unidos no es una solución mágica, pero podría dar algo de oxígeno al gobierno argentino mientras intenta sostener su programa”.

Lo que está en juego no es solo la economía de un país al borde del colapso. Es la validación internacional de un modelo político radical, en un momento donde la región busca alternativas y estabilidad.