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Un método revolucionario permite analizar tejidos cerebrales casi irrecuperables, abriendo la puerta a secretos que llevaban más de 70 años en silencio… incluido el de Einstein

Durante décadas, los restos biológicos parecían condenados al silencio eterno: las técnicas de conservación de mediados del siglo XX los habían dejado demasiado deteriorados para extraer información genética. Hoy, una nueva tecnología desarrollada en China abre la puerta a lo imposible y promete revelar secretos guardados durante casi 70 años. Esta investigación es tan fascinante como prometedora: podría transformar tanto la historia de la ciencia como la medicina moderna.

La técnica que desafía lo imposible

La herramienta se llama Stereo-seq V2, desarrollada por investigadores de BGI-Research junto a otros institutos asociados. Es una versión avanzada de la transcriptómica espacial, una disciplina que no solo identifica qué genes están activos, sino también dónde se expresan dentro de los tejidos.

En pruebas iniciales, el método permitió analizar tejidos cancerosos almacenados durante casi una década en condiciones subóptimas, generando un mapa celular detallado. Lo revolucionario es que Stereo-seq V2 supera las limitaciones de la preservación tradicional: puede leer ARN en muestras fijadas en formalina y embebidas en parafina (FFPE), hasta ahora prácticamente inútiles para estudios genéticos.

Aplicación histórica: el cerebro de Einstein

Entre los restos que podrían analizarse se encuentran los fragmentos del cerebro de Albert Einstein, diseccionado en 240 piezas tras su muerte y repartido entre distintos laboratorios. Hasta ahora, cualquier intento de extraer material genético se descartaba por la mala calidad de conservación.
Li Yang, investigador asociado en BGI-Research, aclara: “Si tenemos la suerte de analizar el cerebro de Einstein, podríamos intentarlo. Pero las técnicas de preservación de esa época pueden no haber sido muy buenas. Es difícil de decir”.

Si los tejidos no estuvieran demasiado degradados, Stereo-seq V2 podría revelar qué genes se expresaban en las neuronas del físico más influyente del siglo XX.

Más allá de Einstein

Aunque la idea de desentrañar los secretos neuronales del cerebro de Einstein acapara titulares, los investigadores destacan que la verdadera revolución está en el presente. Millones de hospitales alrededor del mundo almacenan muestras FFPE de pacientes, muchas de ellas de enfermedades raras, que hasta hoy no podían analizarse con detalle.

Stereo-seq V2 cambia ese panorama. Recuperar información genética de archivos olvidados abre la puerta a diagnósticos más tempranos, terapias personalizadas contra el cáncer e investigaciones retrospectivas que podrían reescribir lo que sabemos sobre infecciones y patologías poco comunes.

Entre la historia y el futuro

El potencial de esta técnica oscila entre dos mundos. Por un lado, la posibilidad de reconstruir parte del misterio del cerebro de Einstein, un símbolo cargado de valor histórico y científico. Por otro, su aplicación inmediata en la medicina de precisión, con el potencial de transformar la práctica clínica global.
La incógnita sigue siendo si las piezas que guardan las huellas biológicas del genio alemán aún están en condiciones de revelar algo. Lo que queda claro es que, aunque el cerebro de Einstein quizá permanezca en silencio, la ciencia ha encontrado una nueva voz en tejidos que creíamos perdidos para siempre.


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Imagen de portada: Freepick