Protección de datos personales NO importa en México: investigación revela vulnerablidad satelital
Sociedad
Por: Yael Zárate Quezada - 10/18/2025
Por: Yael Zárate Quezada - 10/18/2025
Un artículo académico con un título que parece sacado de una película, “Don’t Look Up: There Are Sensitive Internal Links in the Clear on GEO Satellites” (“No mires arriba: hay hipervínculos delicados expuestos en los satélites GEO”)— reveló que las comunicaciones satelitales de gobiernos, bancos y corporaciones mexicanas pueden ser interceptadas con una facilidad alarmante.
El estudio fue elaborado por investigadores de la Universidad de California en San Diego y la Universidad de Maryland, quienes durante siete meses analizaron el tráfico de internet proveniente de 39 satélites en órbita geoestacionaria y más de 400 transpondedores ubicados sobre el oeste de Norteamérica.
Lo preocupante no fueron los resultados, sino los medios para obtenerlos. Con instrumentos sumamente fáciles de conseguir como una antena parabólica común, un motor de posicionamiento y una tarjeta sintonizadora de televisión, los científicos lograron acceder a información sin cifrar enviada por compañías como Telmex, AT&T y T-Mobile, además de instituciones gubernamentales mexicanas.
Desde la azotea de un edificio universitario, este experimento logró captar mensajes de texto, historiales de llamadas, coordenadas en tiempo real y hasta órdenes internas de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), la empresa pública que administra el servicio de la red eléctrica en México.
Entre los hallazgos más delicados figuraban inventarios militares, referencias a ubicaciones estratégicas y reportes administrativos del Ejército mexicano. También se detectó tráfico procedente de buques militares estadounidenses, lo que eleva el caso a un nivel internacional de espionaje potencial.
El 4 de abril de 2025, los investigadores notificaron al Centro Nacional de Respuesta a Incidentes Cibernéticos (CERT-MX) sobre las vulnerabilidades detectadas, que afectaban a instituciones financieras como Santander, Banorte y Banjército, además de organismos públicos. Sin embargo, su “descubrimiento” deja un dilema ético que siempre ha estado presente. ¿Hasta qué punto puede considerarse legítimo un análisis que irrumpe en sistemas ajenos bajo el argumento de la investigación científica?
Los autores del ensayo señalan que “las organizaciones no supervisan sistemáticamente la seguridad de sus propios enlaces satelitales”, una afirmación que parece justificar el hecho de haber accedido a datos sensibles. Algo así como “Sí te robé pero fue tu culpa por no cuidarte”.
Si con herramientas al alcance de cualquiera se puede espiar información de interés nacional, la idea de que sólo los gobiernos o agencias de inteligencia tienen ese poder ya no tiene sentido.