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David Galicia Bonilla, el artesano que mantiene viva la tradición del Día de Muertos en Tláhuac (ENTREVISTA)

Arte

Por: Carolina De La Torre - 10/30/2025

Con más de 25 años de experiencia, David Galicia crea estrellas, catrinas y juguetes de carrizo y caña de maíz, preservando la riqueza cultural de Tláhuac

En el marco del Día de Muertos, una de las tradiciones más emblemáticas de México, existen quienes deciden decorar sus casas y altares con creatividad, trabajo y dedicación, a través de las manos de artesanos mexicanos que mantienen viva la memoria de los que se han ido.

En el barrio la magdalenal, en la alcaldía de Tláhuac, la tradición no se guarda en libros: se vive, se siente y se trabaja con las manos. David Galicia Bonilla, artesano de carrizo y caña de maíz, lleva más de 25 años creando figuras que conectan a la comunidad con sus raíces y con quienes ya no están.

“Yo tengo elaborando este trabajo para la venta entre 24 y 25 años. Pasando la temporada, me dedico a hacer juguetes de carrizo”, dice David, mientras señala las piezas que llenan su taller. Su vida gira en torno a estas figuras, y para él, Tláhuac es más que un lugar: es la memoria de su gente, el escenario donde se transmiten oficios y tradiciones de generación en generación.

Una tradición que resurge

David recuerda que la costumbre de poner estrellas en los altares estuvo a punto de desaparecer. “Ya se había perdido, pero gracias a los colectivos que han surgido, que han hecho talleres, la tradición está retomando fuerza. Ahora sí se ponen de nuevo para esperar a los fieles difuntos”, explica. Para él, estos colectivos son una forma de mantener viva la memoria colectiva y de enseñar a los más jóvenes la importancia de las estrellas de carrizo.

Aprendiendo desde niño

Su vínculo con las estrellas comenzó en la infancia, jugando con carrizo junto a otros niños. Los abuelos le enseñaron que cada estrella es una luz guía que señala el camino a los difuntos. “Ahí donde había estrella, decían los abuelos, ahí están esperando a su muertito”, recuerda. Desde entonces, hacer estrellas se convirtió en una tradición que acompañó toda su vida.

Años después, fue su hija quien lo motivó a transformar la tradición en oficio: “Le hacía su estrellita cada año, hasta que me dijo: ‘Papá, ¿por qué no las vendemos?’ y así empezamos”. Desde entonces, su trabajo se amplió más allá de las estrellas: catrinas, calaveras, figuras de la vida cotidiana, y juguetes que él mismo inventa y moldea con sus manos.

Entre catrinas y juguetes

David describe su oficio como un proceso lleno de paciencia y creatividad. “Todos mis juguetes tienen movimiento. Aunque no me queden perfectos, trato de darles vida”, dice. Ha experimentado con carpintería y herrería para perfeccionar cada pieza y mantener viva la tradición del carrizo. Sus creaciones van desde estrellas de diez picos hasta calabacitas, chalupas y complejos jaripeos en miniatura, todos elaborados con caña de maíz y carrizo, tallados y ensamblados con detalle.

Inspiración y proceso creativo

El proceso creativo de David surge de la tradición y del entorno. Observa las figuras que le piden, las reproduce y las adapta con su propio estilo. “Si me enseñan la figura de una foto y puedo moldear el carrizo, lo hacemos”, explica. Cada pieza es única y refleja no solo la tradición de Lago, sino también su visión y dedicación.

Día de Muertos: más que una fecha

Para David, el Día de Muertos no es solo una fecha en el calendario, sino un acto de memoria y conexión comunitaria. “Ponemos nuestra ofrenda, nuestra mesa. La fruta, la comida favorita, pan, bebida… según lo que le gustaba al difunto. Se acuerda uno de amigos, vecinos, y las puertas están abiertas para que vengan”, describe. La muerte, dice, es parte de la vida: “Todos vamos para allá, unos más jóvenes, otros más grandes, pero todos vamos”.

Entre tradición y modernidad

Aunque respeta la evolución de la celebración y la influencia de festividades externas, David mantiene su enfoque en lo tradicional. “Antes eran catrinas, brujas, el hombre sin cabeza, el charro negro… todo tradicional. Ahora hay disfraces diferentes, es válido, pero nuestra tradición principal eran las brujas, los chilacallotes, las catrinas hechas aquí”, explica, dejando claro que la esencia de la tradición se mantiene en sus manos.

Reconocimiento y proyección internacional

El trabajo de David no solo se reconoce en Tláhuac. Su habilidad y creatividad lo han llevado a mostrar sus piezas en Italia, compartiendo la riqueza cultural de su comunidad con el mundo. Cada exposición y cada felicitación de visitantes refuerza su compromiso: “Me motiva, me hace seguir haciendo. “Cuando tengo la puerta abierta y la gente pasa a ver mis figuras”.

Mantener viva la tradición

Para David, preservar la tradición es un acto de resistencia cultural. “Antes se usaba madera, ahora buscan carrizo porque es la estrella tradicional, la que ponían los abuelos. Eso es lo que intento mantener”. Cada estrella, cada catrina, cada juguete es un recordatorio de que la memoria colectiva no se olvida, se trabaja, se respeta y se comparte.

David invita a quienes quieran conocer su trabajo a visitar su taller en Alcaldía Tláhuac, Manzana 12, Lote 6, Barrio La Magdalena. Allí, cada pieza cuenta una historia: la de un hombre que ha dedicado su vida a mantener viva la luz de los fieles difuntos y a celebrar la riqueza cultural de Lago.


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Imagen de portada: Carolina De La Torre