¿Qué almas son las que llegan cada Día de Muertos? Del 27 al 2 de noviembre, así es el calendario de la temporada
Sociedad
Por: Yael Zárate Quezada - 10/29/2025
Por: Yael Zárate Quezada - 10/29/2025
Flores de cempasúchil que guían el camino, incienso de copal para purificar el ambiente, fotografías que evocan la vida y obra de nuestros difuntos y velas que iluminan el regreso a casa, las ofrendas en México se alzan al final del octubre y a inicios de noviembre como un símbolo de la cercanía de los mexicanos con la muerte y la celebración por la vida y la memoria de nuestros pares.
Reconocida por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, el Día de Muertos es una tradición que guarda un profundo simbolismo que une generaciones.
Durante siete días, la ofrenda se llena con bebidas y alimentos aunque es importante precisar que cada vela que se enciende tiene un propósito, un destinatario y un momento en el que su luz debe brillar.
El 27 de octubre se colocan las primeras llamas; estas son para las almas de las mascotas, compañeros fieles que también forman parte de la familia y que, según la creencia popular, regresan antes que todos para guiar a los demás.
El 28 de octubre, la luz se dedica a quienes perdieron la vida de forma trágica, ya sea en accidentes o por suicidio. Se dice que su tránsito al más allá es incierto, por lo que la vela busca darles paz y un camino de regreso.
Para el 29 de octubre llega el turno de las personas que murieron ahogadas, cuyas almas, según la tradición, siguen ligadas al agua.
Durante el 30 y el 31 de octubre se encienden velas para las almas olvidadas, aquellas que no tienen quien rece por ellas o que no fueron reconocidas, así como para los niños que murieron sin ser bautizados.
El 1 de noviembre, Día de Todos los Santos, las velas se prenden en honor a los niños y niñas fallecidos, recordados con dulces, juguetes y flores blancas que simbolizan pureza.
Finalmente, el 2 de noviembre se celebra el auténtico Día de Muertos, cuando las familias mexicanas prenden las últimas velas para recibir a los adultos que partieron, acompañándolos con sus platillos favoritos, música y recuerdos.
En las flamas de cada una de estas veladoras se deposita el amor, la fe y la nostalgia de un país que aprendió a celebrar la vida a través de la muerte.