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Descubre qué es un aquelarre, su origen, cómo se practicaba y las obras de arte que lo inmortalizaron a lo largo de la historia

Un aquelarre es una reunión de brujas y brujos en la que se realizaban rituales, hechizos y adoraciones, tradicionalmente asociados con el culto al diablo. La palabra proviene del euskera akelarre, que significa “prado del macho cabrío”, y se utilizaba para describir estas reuniones que la Iglesia y la Inquisición consideraban actos de herejía.

Aunque en su momento estaban marcadas por miedo y persecución, hoy se reconocen como parte del folclore y la tradición cultural de Europa, y también como inspiración de movimientos neopaganos modernos como la Wicca.

Origen e historia

Los aquelarres tienen raíces en rituales precristianos de comunidades rurales europeas. Con la llegada del cristianismo, estas prácticas fueron demonizadas. Entre los siglos XVI y XVII, la Inquisición las utilizó como pretexto para perseguir y ejecutar a miles de personas acusadas de brujería.

A lo largo del tiempo, la visión sobre los aquelarres ha cambiado: dejaron de ser solo sinónimo de terror y pasaron a convertirse en un símbolo de resistencia cultural, conexión con la naturaleza y feminismo dentro de la tradición neopagana.

Prácticas y rituales

Aunque gran parte de lo que se sabe proviene de relatos de inquisidores, los aquelarres solían incluir:

  • Invocación de espíritus o deidades.
  • Hechizos y conjuros para protección, amor o salud.
  • Celebraciones que coincidían con ciclos de la naturaleza o festividades locales.
  • La figura simbólica del macho cabrío, asociada al diablo, en algunos relatos cristianos.

Muchos de estos elementos fueron exagerados o distorsionados para justificar la persecución de brujas.

Aquelarres en el arte

El tema del aquelarre ha inspirado a artistas por siglos. Entre las obras más destacadas están:

  • Francisco de Goya – El Aquelarre (1797–1798): Parte de sus Pinturas Negras, retrata un grupo de brujas reunidas alrededor de un macho cabrío, símbolo del diablo. Goya refleja el miedo y la superstición de su época.

  • Luis Ricardo Falero – Brujas yendo al Sabbath (ca.1878): Pintor romántico que muestra escenas de brujas en vuelo hacia el aquelarre, combinando lo místico con lo sensual.

  • Claude Gillot – Les Sabbats (1698–1722): Serie de grabados que representan reuniones nocturnas de brujas y criaturas demoníacas en escenas cargadas de sátira y teatralidad. Gillot fue uno de los primeros artistas en abordar el aquelarre desde una visión menos religiosa y más simbólica, mostrando el sabbat como un espectáculo oscuro y grotesco. Su obra mezcla crítica social, fantasía y humor, anticipando la fascinación que el tema tendría en el arte europeo siglos después.

Estas obras no solo son un testimonio de la historia de la brujería, sino también de cómo el miedo, la cultura y la imaginación colectiva han moldeado su representación visual.

El aquelarre es mucho más que un mito oscuro. Es un símbolo de la historia, la superstición y la resistencia cultural, que ha inspirado siglos de arte y sigue despertando curiosidad. Desde los relatos de la Inquisición hasta las reinterpretaciones modernas, los aquelarres nos recuerdan cómo la cultura y el miedo pueden entrelazarse y transformarse en historia y arte.


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Imagen de portada: Pinterest