Cristina Rivera Garza es escritora y una ferviente observadora de lo que duele, de lo que se olvida y de lo que la sociedad intenta ignorar. Su obra se mueve entre la memoria histórica, la violencia de género, la locura y la desaparición cultural, y ha logrado trascender fronteras hasta consolidarse como una de las favoritas para el Premio Nobel de Literatura 2025.
Sus libros no son solo historias: son actos de resistencia. Cada página que escribe Rivera Garza busca confrontar al lector, obligarlo a mirar lo que otros prefieren mantener en silencio. Su voz, a veces fría y directa, a veces lírica y delicada, se convierte en un espejo incómodo de nuestra realidad.
Nacida en 1964 en Matamoros, Tamaulipas, Rivera Garza estudió Sociología en la UNAM y se doctoró en Historia Latinoamericana en la Universidad de Houston, donde actualmente dirige el programa de doctorado en Escritura Creativa en Español.
Su carrera académica y literaria se entrelazan: como historiadora, explora los archivos, los documentos y las memorias borradas; como escritora, transforma esos hallazgos en literatura que cuestiona, denuncia y resiste. La traducción de sus obras a múltiples idiomas (inglés, francés, italiano, portugués, coreano) la ha convertido en una voz global de la literatura mexicana contemporánea.
Cristina Rivera Garza ha escrito novelas, cuentos, ensayos y memorias. Entre sus libros más importantes se encuentran:
Lo que atraviesa toda la obra de Rivera Garza es una obsesión por la memoria y por aquello que ha sido borrado o silenciado. La violencia de género es un eje central, pero no el único: también se interesa por la locura, la marginalidad, la burocracia institucional y las fronteras:físicas y simbólicas, que separan a los humanos.
En Nadie me verá llorar, la locura no es solo un tema; es un espejo de cómo la sociedad margina, controla y anula a quienes no encajan en sus reglas. En El invencible verano de Liliana, la violencia se vuelve tangible, íntima, pero también estructural: un recordatorio de que la impunidad y el dolor son cotidianos para muchas mujeres.
La literatura, para Rivera Garza, no cura el dolor, pero sí transforma la manera de mirarlo. Cada libro suyo es un acto de resistencia, un intento de reconstruir la memoria y de crear un espacio donde lo olvidado vuelva a existir.
Cristina Rivera Garza no escribe para consolar; escribe para confrontar. Para ella, las bibliotecas y la lectura son herramientas fundamentales de libertad: un espacio donde la imaginación y la realidad se encuentran, y donde es posible reconstruir el mundo, aunque sea en fragmentos.
Su intervención en el Pregó de la Lectura de Sant Jordi 2025 en Barcelona subraya esto: destacó la importancia de las bibliotecas públicas y de la educación como espacios de resistencia frente a la ignorancia y la violencia estructural. La lectura, dice, no es escapatoria; es posibilidad, reflexión y confrontación.
Cristina Rivera Garza ha sido mencionada como una de las favoritas para el Nobel de Literatura 2025 por varias razones:
En conjunto, estas razones hacen que su nombre aparezca constantemente en listas de favoritos y casas de apuestas que anticipan al próximo Nobel.