LOTO: ¿Para qué sirve la ciencia? El legado de Julieta Fierro Gossman
Ciencia
Por: Valentina Tolentino Sanjuan - 09/24/2025
Por: Valentina Tolentino Sanjuan - 09/24/2025
Que la producción de la ciencia y del pensamiento haya quedado refundida dentro de la universidad, los laboratorios y centro de investigación no quiere decir, ni de cerca, que la ciencia tenga que estar reservada a unas cuantas personas. Que el esquema exclusivamente racional haya predominado durante siglos tampoco quiere decir que se deban dejar de lado otros aspectos del conocimiento como la empatía y el afecto. Que la producción de conocimientos tenga que estar separada de nuestros contextos de vida, por las condiciones de género, para extraer una especie de “conocimiento puro”, también está en duda.
Todo ello quedó cuestionado gracias a una figura que hoy nos es cercana: la vida, profesión y dedicación de la científica Julieta Fierro.
Nacida en la Ciudad de México en 1948 y fallecida recientemente el 19 de septiembre de 2025, su deceso se ha viralizado en redes sociales por sus aportaciones y legado.
Como ella misma afirma en uno de sus videos, lo que le estaba reservado, como para muchas otras mujeres de su época, y aún hoy en día, era un destino como ama de casa. Lo cual no tiene nada de negativo, siempre y cuando se trate de una elección consciente y libre, y no de una imposición social. De modo que la vida y ejercicio profesional de Julieta se inscribieron dentro de los retos que han atravesado las mujeres para poder elegir lo que ellas desean ser; en una época donde, nos dice, no había referentes de otras mujeres eligiendo sus destinos profesionales y mucho menos siendo científicas. La ciencia estaba reservada para los hombres.
Con suma lucidez y discernimiento, Fierro Gossman atina a ver los problemas que rodean el quehacer profesional y científico en nuestro país. Por eso siempre he sostenido que, las mujeres que hayamos decidido dedicar nuestras vidas al saber y al conocimiento, seremos testigos de cómo el sistema que lo produce está revestido de desigualdades, discriminación y violencias en sus distintos espacios. Solo que son cuestiones que no siempre se dicen o hacen públicas.
El caso de Julieta Fierro se hace valioso y peculiar en este contexto, en primera instancia por trabajar de manera ardua en el ámbito del estudio de la formación estelar, el polvo cósmico y la estructura de la Vía Láctea; lo cual en sí mismo ya es meritorio. Sumado a ello, le adhirió a sus estudios y a su práctica la perspectiva del ser mujer, la subjetividad de una mujer que produce ciencia, y ello significó el cambio en el estado de la cuestión, o debería de serlo de ahora en adelante.
Que una mujer estudie, produzca y comunique la ciencia con su propia mirada es un claro ejemplo de que la ciencia no debe de estar encerrada en cuatro paredes, idealizada en baños de pureza y de razón.
La ciencia, o bien, el conocimiento y los saberes son para el crecimiento y evolución humanos. Y en ese sentido deben de estar dentro y fuera de los laboratorios y aulas. La ciencia debe de estar también en las calles, en los contenidos de televisoras y redes sociales, en revistas, cómics y memes. Y debe versar no solo de conocimientos que no se pueden comunicar o que solo pueden entender los dedicados a tal o cual disciplina, sino que puedan ser entendibles para todo gustoso del saber o para transmitirse a nuevas audiencias.
Asimismo, también debe de hablarnos del mundo y del lugar de quien lo produce, en este caso, como hizo atinadamente Fierro, hablarnos de las condiciones de las mujeres en general y, en particular, de aquellas que deciden dedicarse a la ciencia o a la academia.
Con la vida, dedicación y obra de Julieta Fierro Gossman se abren prácticas para democratizar el conocimiento, para hablar de igualdad y avance. Son de esos destellos que, esperemos en adelante dejen de ser la excepción, no desligan la producción de la ciencia de la propia vida, y que además le dotan del necesario sentido de justicia social, tan escaso en la investigación en México.
Alicia Valentina Tolentino Sanjuan es socióloga y Maestra en Filosofía por la UNAM, doctorante en Humanidades (línea Filosofía Moral y Política, UAM) y editora en Viceversa. Investiga sobre subjetividad a partir del cambio tecnológico; también sobre feminismos y literatura. Es miembro activo de la Red Mexicana de Mujeres Filósofas y miembro de la Revista de filosofía Reflexiones Marginales Saberes de la Frontera de la UNAM.