Las historietas más vanguardistas que hicieron historia en el mundo
Arte
Por: Carolina De La Torre - 09/07/2025
Por: Carolina De La Torre - 09/07/2025
La historieta, lejos de ser un mero entretenimiento, es un espacio de experimentación narrativa y visual. A lo largo del tiempo, algunas obras lograron trascender su contexto, romper reglas y abrir caminos hacia lo que hoy entendemos como novela gráfica. Desde la resistencia política hasta la exploración de identidades, pasando por la filosofía, el humor y la crítica social, estas historietas marcaron un antes y un después en la historia del noveno arte.
Creada en Argentina en 1957 por Héctor Germán Oesterheld y Francisco Solano López, El Eternauta combina ciencia ficción con una potente crítica social. La historia sigue a Juan Salvo y su grupo de amigos frente a una invasión alienígena en Buenos Aires. Más allá de la trama, la obra refleja la importancia de la organización colectiva ante la opresión y la lucha por la supervivencia. La desaparición de Oesterheld durante la dictadura militar convirtió a El Eternauta en un símbolo de memoria histórica y resistencia. La obra ha sido reeditada numerosas veces y sigue siendo estudiada como un ejemplo de historieta comprometida y universal.
Quino creó a Mafalda en 1964, y la publicación continuó hasta 1973. A través de los ojos de una niña de seis años preocupada por la humanidad, la tira cómica aborda temas políticos, sociales y culturales con humor y lucidez. Mafalda refleja la preocupación por la paz mundial, la justicia social y la incoherencia de los adultos, convirtiéndose en un símbolo del pensamiento crítico y la ironía en América Latina. Traducida a decenas de idiomas, su vigencia sigue intacta y su influencia se mantiene en la cultura popular mundial.
Desde Francia, René Goscinny y Albert Uderzo lanzaron Astérix en 1959. La serie narra las aventuras de Astérix y Obélix, quienes defienden su aldea contra la ocupación romana en la Galia antigua. Combinando humor, referencias históricas y crítica social, Astérix se convirtió en un fenómeno global: más de 380 millones de ejemplares vendidos y traducciones a más de 100 idiomas. Su éxito no solo radica en la diversión, sino en cómo construye identidad cultural y representa la resistencia frente a la dominación, dejando un legado que trasciende generaciones.
El Incal (1980-1988) es fruto de la colaboración entre el chileno Alejandro Jodorowsky y el francés Jean Giraud, “Moebius”. Esta historieta de ciencia ficción combina filosofía, misticismo y un estilo visual innovador que rompió con los esquemas tradicionales del cómic europeo. La historia sigue al detective John Difool en un universo distópico lleno de intrigas políticas y existenciales. Con su estética surrealista y narrativa compleja, El Incal influyó en generaciones de artistas y sigue siendo un referente de la historieta adulta y experimental.
Publicada entre 1986 y 1987 por Alan Moore y Dave Gibbons, Watchmen transformó el cómic estadounidense de superhéroes. Alejada de la idealización tradicional, presenta héroes moralmente ambiguos, corruptos o fallidos, explorando el poder, la ética y la política. La miniserie fue revolucionaria por su estructura narrativa, su densidad temática y su tono adulto, y abrió la puerta a una nueva percepción del cómic como literatura seria. La obra ha sido adaptada al cine y la televisión, consolidando su legado global, no sólo bajo su propia historia, sino dando pie a otros nuevos universos como el de The Boys.
Los hermanos Hernández iniciaron Love and Rockets en los años 80, y la saga Palomar se convirtió en un hito del cómic alternativo. Ambientada en un pueblo ficticio latinoamericano, sus historias destacan por personajes complejos, diversidad de identidades (femeninas, queer y trans) y retratos sociales auténticos. La obra equilibró la vida cotidiana, el drama y la cultura pop con sensibilidad y realismo. Reconocida por publicaciones como Time, es un ejemplo de cómo el cómic puede explorar experiencias profundas y cercanas sin depender de fórmulas comerciales.
Estas historietas y novelas gráficas comparten algo fundamental: la voluntad de romper moldes, explorar nuevas formas narrativas y reflejar realidades diversas. Cada una, desde El Eternauta hasta Love and Rockets, demuestra que la historieta es un medio capaz de dialogar con la política, la filosofía, la cultura y la identidad, dejando una huella que trasciende su tiempo y su lugar de origen. Son obras que no solo se leen, sino que se sienten, se estudian y se recuerdan, y que siguen inspirando a creadores y lectores en todo el mundo.