Equinoccio de otoño 2025: todo lo que debes saber
Ecosistemas
Por: Carolina De La Torre - 09/16/2025
Por: Carolina De La Torre - 09/16/2025
El 22 de septiembre de 2025, el hemisferio norte recibirá oficialmente el equinoccio de otoño. En este día, el Sol se ubica directamente sobre el ecuador terrestre y, por primera vez, la duración del día y la noche será prácticamente igual. Un instante de equilibrio que se repite año tras año, y que invita a mirar hacia arriba y hacia adentro.
🍂✨ El Equinoccio de Otoño llega este septiembre: día y noche en perfecto equilibrio.@ClaviusIbero te invita a disfrutar este y otros fenómenos celestes que iluminarán el mes 🌕🔭 pic.twitter.com/nGzYiaY5sN
— IBERO CDMX (@IBERO_mx) September 2, 2025
El equinoccio marca el inicio del otoño y ocurre cuando la inclinación del eje terrestre coloca a ambos hemisferios en la misma posición respecto al Sol. El resultado es un balance perfecto de luz y oscuridad, un recordatorio silencioso de los ciclos que gobiernan nuestra existencia.
Aunque no se ve con los ojos como un eclipse o una conjunción de planetas, su presencia se percibe en la naturaleza: los días empiezan a acortarse, las noches se alargan y los ritmos de la tierra nos recuerdan que todo tiene su tiempo.
El equinoccio siempre ha sido un momento de conexión. Diversas culturas han celebrado este instante con rituales de gratitud y equilibrio:
Estas prácticas, simples y profundas, nos recuerdan que la observación del cielo no es solo un ejercicio visual, sino también un diálogo con nuestro propio ritmo interno.
Desde tiempos antiguos, la humanidad ha mirado al cielo buscando señales y sentido:
El equinoccio nos recuerda que la historia de la humanidad está tejida con los movimientos de los astros, y que mirar al cielo siempre ha sido un acto de conexión profunda.
Aunque no se ve como un espectáculo de luces, el equinoccio ofrece momentos únicos para la observación y la reflexión:
En el equinoccio, la tierra y el cielo se alinean, recordándonos que todo tiene su tiempo y que los cambios son parte del ritmo natural. Es un momento para mirar al cielo, hacia afuera y hacia adentro, en busca de equilibrio y claridad.