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El rapero y productor fue declarado culpable de delitos federales tras un juicio de alto perfil, aunque fue absuelto de los cargos más graves que enfrentaba. La pregunta queda en el aire: ¿justicia o privilegio blindado?

Después de siete semanas de testimonios incómodos, grabaciones privadas y decenas de documentos, el jurado federal en Manhattan emitió su veredicto: Sean "Diddy" Combs fue declarado culpable de dos cargos por transportar personas con fines de prostitución, pero absuelto de los delitos más graves que enfrentaba —tráfico sexual y asociación delictuosa— por los que pudo haber recibido cadena perpetua.

Aunque se libra de los cargos más pesados, el fallo no lo exime de responsabilidad. Los delitos por los que fue condenado están amparados por la Ley Mann, y conllevan hasta 10 años de cárcel por cada uno.

La fiscalía lo presentó como el líder de una estructura de abuso: un hombre que durante años usó el poder, el dinero y el miedo como herramientas para controlar y explotar a mujeres. En su alegato final, los fiscales lo describieron como el cabecilla de una red criminal que manipulaba a sus parejas, a quienes obligaba a mantener relaciones sexuales con hombres prostituidos mientras él observaba y grababa.

Del otro lado, la defensa aceptó los problemas de violencia y drogas de Combs, pero negó que se tratara de un traficante sexual o que hubiera una red organizada detrás. Según sus abogados, la acusación era “una versión exagerada” de su estilo de vida.

El juicio también estuvo atravesado por el caso de su expareja, la cantante Cassie Ventura, quien lo acusó de violación y agresión sexual. Aunque ese proceso terminó en un acuerdo extrajudicial por 20 millones de dólares, abrió la puerta a nuevas demandas civiles y al caso penal que finalmente lo llevó a juicio.

El jurado —integrado por ocho hombres y cuatro mujeres— deliberó durante más de dos días. Uno de los miembros fue reemplazado semanas antes por haber dado información inconsistente sobre su lugar de residencia. La diversidad del jurado también fue parte de las conversaciones en los medios: personas de entre 30 y 74 años, provenientes de Manhattan, Westchester y el Bronx.

Combs, de 55 años, prefirió no testificar. Durante las audiencias fue acompañado por su madre y sus hijos. Y aunque en términos legales logró evitar la peor sentencia, la imagen pública de quien fue uno de los hombres más poderosos del hip-hop ya está profundamente resquebrajada.

Diddy logró evitar los cargos más graves. Pero tras semanas de testimonios, acusaciones repetidas y un patrón que se repite en distintos frentes, queda abierta la pregunta: ¿fue justicia o solo una victoria técnica en un sistema que rara vez alcanza a los poderosos?

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Imagen de portada: The new York Times