*

A nueve décadas de su nacimiento, Mercedes Sosa sigue siendo escuchada por millones. Con más de 92 millones de reproducciones anuales, sus canciones más populares en plataformas digitales demuestran que su legado sigue creciendo en nuevas generaciones.

Hoy, Mercedes Sosa cumpliría 90 años. Y aunque su cuerpo ya no habita este plano, su voz no ha dejado de sonar ni un solo día. La escuchan miles, en todo el mundo, como si su canto hubiera quedado suspendido en la atmósfera, como si su garganta hubiese pactado con el tiempo no desaparecer.

Marta Haydée Mercedes Sosa Girón nació el 9 de julio de 1935 en Tucumán, Argentina. Mestiza, de raíces humildes, se convirtió en la figura más imponente del folclore latinoamericano y en la voz más honesta de una región históricamente silenciada. Se le llamó “La Negra”, “la voz de América Latina”, “la que canta por los que no pueden”. Y lo hizo con una potencia que calaba hasta los huesos, pero también con una dulzura capaz de ablandar al que ya no creía en nada.

Empezó a cantar a los 15 años y nunca más paró. En los años 60, fue parte fundadora del Nuevo Cancionero, un movimiento cultural que buscaba romper con el folclore decorativo y devolverle al canto popular su carga política y social. Durante la dictadura cívico-militar fue censurada, perseguida, arrestada. Se exilió, pero ni el exilio ni el miedo pudieron callarla.

Volvió a Argentina en 1982, cuando el país empezaba a despertar de su pesadilla, y sus conciertos en el Teatro Ópera no solo marcaron su regreso: fueron un acto colectivo de recuperación emocional y política.

Mercedes no solo interpretó canciones: las volvió necesarias. Convirtió letras en consignas, melodías en refugio. Y aunque nació desde lo más profundo del folclore argentino, nunca se encerró en un solo género. Cantó con Charly García, con Cerati, con Spinetta, con Serrat, con Shakira, con Drexler, con Caetano. Cantó con todos los que quisieron cantar con ella. Porque nadie le decía que no. Porque todos sabían que cantando con Mercedes, se cantaba más hondo.

Hoy, en plena era del streaming, su música sigue haciendo eco. Según datos recientes de Spotify, en el último año acumuló más de 92 millones de reproducciones. Eso equivale a 252 mil escuchas por día, 175 por minuto, tres personas por segundo dándole play a su voz. Tres personas por segundo buscando consuelo, memoria o simplemente belleza.

Las 5 canciones más escuchadas de Mercedes Sosa en plataformas digitales:

Zona de Promesas con Gustavo Cerati – más de 50 millones de streams

Alfonsina y el Mar– más de 46 millones

Todo Cambia – más de 44 millones

Zamba para Olvidarte con Diego Torres – más de 27 millones

Gracias a la Vida – más de 26 millones

Detrás de esos números hay historias, pérdidas, exilios, alegrías, despedidas. Hay generaciones que crecieron con ella, y nuevas generaciones que la están descubriendo. Porque Mercedes Sosa no es solo pasado: es presente que duele, que canta, que se resiste a olvidar.

Su legado quedó registrado no solo en discos como La Voz de la Zafra, Mujeres Argentinas o Cantora, sino también en la memoria colectiva de un continente que la abrazó como símbolo de dignidad. Fue premiada, ovacionada, reconocida. Pero nunca perdió la humildad ni el compromiso. En su último gran trabajo, Cantora, reunió a artistas de todas partes para reversionar el cancionero popular latinoamericano. Cantó con los mejores, pero siempre desde el mismo lugar: el del respeto, la emoción, la lucha.

Mercedes Sosa murió en 2009, pero no se fue. Su voz sigue ahí, donde haya alguien dispuesto a escuchar. Y cada 9 de julio, lo que se celebra no es sólo su nacimiento: es el hecho de que aún sigue cantando.


También en Pijama Surf: La rave que inspiró "Sueño Stereo": el viaje de Soda Stereo al corazón electrónico de Londres


Imagen de portada: Indiehoy