En Corea del Sur, 8 de cada 10 niños compiten desde los 5 años por un lugar en la universidad
Sociedad
Por: Carolina De La Torre - 07/11/2025
Por: Carolina De La Torre - 07/11/2025
En Corea del Sur, la infancia no dura tanto. Para cuando un niño cumple cinco años, ya es parte de una competencia académica feroz: el 84 % asiste a academias privadas conocidas como hagwons para “sobresalir”. En este país, donde ingresar a una buena universidad es casi una misión de vida, la preparación comienza incluso antes del kínder… y a veces, incluso antes de nacer.
Los hagwons son centros académicos en los que se imparten clases de inglés, matemáticas, violín, chino, historia, ballet, ajedrez, composición musical o lo que haga falta para construir el perfil ideal de ingreso. Hay niños que, a los ocho años, ya acumulan más de 11 clases adicionales por semana. No se trata solo de fomentar talentos o pasatiempos: es parte de una maquinaria educativa que prioriza el rendimiento desde los primeros años.
La lógica es clara: quienes entran a las mejores universidades, acceden a los mejores trabajos. Lo que no siempre se dice es lo que esto cuesta: tiempo, dinero y, en muchos casos, salud mental. Solo en 2024, unos 270,000 menores de edad acudieron a clínicas psiquiátricas por ansiedad o depresión. La presión pesa más cuando se carga desde la cuna.
O incluso antes. En Corea del Sur, los joriwon —centros de recuperación posparto— son tan codiciados que las madres comienzan a reservar lugar apenas obtienen un test de embarazo positivo. Además de ofrecer cuidados especializados para la madre y el bebé, estos centros son el primer paso en el juego social: ahí se tejen redes entre familias que luego comparten información valiosa sobre escuelas, tutores y rutas educativas.
Detrás de esta cultura de competencia hay una paradoja: Corea del Sur es el país con mayor número de graduados universitarios en el mundo, pero también el que menos hijos tiene. La tasa de fertilidad ha caído a un histórico 0.78 hijos por mujer. Muchos jóvenes simplemente optan por no formar familia: entre los altos costos de vida, las jornadas laborales extendidas y el gasto educativo que representa criar a un niño, tener hijos se vuelve cada vez menos viable.
13 horas de estudio por día. La vida de un alumno en Corea del Sur durante sus últimos 3 años de secundaria. De aldea a ser la décima potencia exportadora en 3 décadas. Hablan inglés fluído [parte 1]https://t.co/921daaQgEq
— Pregonero (@PregoneroL) January 23, 2021
Un estudio reciente reveló que Corea del Sur es el país más caro del mundo para criar a un niño hasta los 18 años: 365 millones de wones (más de 270 mil dólares). De ese gasto, la mayoría se destina a educación privada. En 2022, los hogares coreanos gastaron más de 26 billones de wones en hagwons, el equivalente a más de 17 mil millones de euros.
Y aunque muchos defienden el modelo educativo coreano por sus resultados —con tasas de alfabetización cercanas al 100 % y más del 70 % de jóvenes con título universitario—, cada vez más voces se preguntan si no hemos cruzado una línea. ¿Qué pasa cuando la excelencia se mide en agotamiento? ¿Qué clase de futuro se construye si el presente de la infancia está lleno de ansiedad?
Los expertos apuntan a la necesidad de un cambio cultural que priorice una educación más equilibrada. Una que permita jugar sin culpa, aprender sin miedo y crecer sin la presión constante de ser el mejor.
🔴 Países que más invierten en educación por % del PIB:
— Jorge Touma (@jorgejtouma) May 7, 2025
Noruega: 7.6%
Nueva Zelanda: 7.4%
Corea del Sur: 7.1%
Finlandia: 6.9%
Bélgica: 6.8%
Suecia: 6.7%
Dinamarca: 6.6%
Canadá: 6.5%
Islandia: 6.4%
Australia: 6.3%
Francia: 6.2%
Reino Unido: 6.1%
Estados Unidos: 6.0%
Por ahora, la competencia sigue, y empieza desde los cinco años. O antes.