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Hace 50 años, en el marco de la disputa entre Taiwan y China se tuvo un feliz e inesperado resultado para México

Vvimos tiempos turbulentos en donde los vientos de la guerra soplan en todas direcciones, producto de la degradación de la hegemonía norteamericana en la política global y el resultante esquema multipolar. 

Irán, Gaza, Ucrania, son algunos ejemplos y en ese contexto es que existen proyecciones sobre una posible incursión de China sobre la antigua Formosa, con el objetivo de reivindicar la soberanía de la China continental sobre la isla escindida por un grupo disidente que la entregó a los estadounidenses al terminar la Segunda Guerra Mundial con el propósito de dejar un enclave pro capitalista –uno más– justo frente a las costas de la China que terminaría por ser gobernada por el Partido Comunista al terminar la Revolución de 1949. 

Sin embargo, en 1971 México votó a favor de la Resolución 2758 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, reconociendo a la República Popular China como la representante legítima ante la Organización de las Naciones Unidas, con lo que en la practica resultó en dejar fuera a Taiwán con su nombre de “República China”.

En agradecimiento, Mao Zedong, aún a cargo del gobierno chino, obsequió al Zoológico de Chapultepec de México con dos ejemplares de oso panda gigante de nombres Pe Pe y Ying Ying. La pareja fue recibida con gran entusiasmo, que a base de cuidados esmerados consiguieron que se reprodujeran.

El éxito en los alumbramientos atrajo fama internacional para el zoológico capitalino, consiguiendo una de las tasas de reproducción más altas fuera de China. 


Xen Li (1980), Tohui (1981), Liang Liang (1983), Xiu-Hua (1985), Shuan Shuan (1987), Ping Ping (1987) fueron concebidos por esa primera pareja. Posteriormente Tohui sería unida con el londinense Chia Chia para concebir a Xin Xin (1990) quién actualmente es la última Panda Gigante en America Latina y cada año es inseminada artificialmente con la esperanza de lograr un alumbramiento más.

El cariño por la especie persiste en el imaginario mexicano, desde la canción de Yuri, hasta el billete de la Lotería Nacional presentado por la Jefa de Gobierno de la CDMX quién aprovechó la ocasión para pedir apoyo al gobierno de China a fin de que puedan llegar más ejemplares al Zoológico de Chapultepec.

Con 35 años de edad, Xin Xin se encuentra a punto de alcanzar el récord de longevidad registrado de un panda en cautiverio (Jia Jia, Hong Kong, 38 años) por lo que se abre la interrogante de ¿cómo será el mundo cuando Xin Xin se haya ido?

¿China consumará su recuperación de Taiwan? –No lo sabemos.

¿Xin Xin logrará reproducirse antes de partir? –No podemos asegurarlo.

¿El gobierno chino apoyará el llamado de la Jefa de Gobierno? –Quisiéramos creer que si.

Pero definitivamente podemos asegurar que los pandas obsequiados han traído singular alegría al pueblo de México y que las relaciones con China deben de prevalecer más allá del volátil ambiente que hemos venido registrando.