30 años después el genocidio de Srebrenica las herida sigue sangrando
Sociedad
Por: Yael Zárate Quezada - 07/11/2025
Por: Yael Zárate Quezada - 07/11/2025
Hace exactamente tres décadas, el 11 de julio de 1995, las fuerzas serbobosnias irrumpieron en lo que se suponía era una zona protegida por la ONU, es decir, el enclave bosnio-musulmán de Srebrenica. Lo que siguió fue una de las masacres más atroces en la historia reciente de Europa con un saldo de más de 8 mil 300 civiles fueron ejecutados sistemáticamente.
La promesa de protección internacional al final solo fue un espejismo y en cambio, la comunidad global presenció, cómo ocurría un genocidio a plena luz del día.
Sobrevivientes de Srebrenica logran refugiarse en un campanento en Tuzla. Foto: Roger Hutchings/14 julio 1995.
El contexto remite al colapso de Yugoslavia a principios de los años 90, con el ascenso de los nacionalismos y la ambición de líderes como Radovan Karadzic y Slobodan Milosevic quienes buscaban imponer una limpieza étnica en Bosnia. En este caso, los musulmanes bosnios se convirtieron en blanco de una violencia organizada, sistemática y devastadora a manos de los serbobosnios.
La guerra de Bosnia, entre 1992 y 1995, dejó cicatrices, masacres, campos de concentración, violaciones sexuales y a la ciudad de Sarajevo sitiada durante más de mil días. El saldo, más de 12 mil muertos.
En este sentido, Srebrenica, designada por la ONU como “área segura”, fue el último refugio para miles de personas desplazadas, pero la seguridad fue una ilusión, pues miles de personas que confiaron en los organismos internacionales huyeron ahí solo para encontrarse con algo peor. El Ejército de los serbios de Bosnia, (VRS) la fuerza militar de la República Srpska durante la guerra de Bosnia, encabezada por Ratko Mladić, cortó el suministro agua y víveres, lo que provoço una gran crisis de hambre, entre hombres, mujeres, niños y ancianos.
El 2 de julio, Ratko Mladić, decidió atacar Srebrenica y hasta el 10 de julio, se mantuvo el ataque constante a fin de someter a la comunidad bosnia.
Para el 11 de julio, el general Ratko Mladic entró en el enclave con una sonrisa que se televisó, prometiendo protección mientras organizaba la separación y posterior ejecución de hombres y niños bosnios.
La vida de Ratko transcurrió tranquila –a excepción el suicidio de su hija Anna, quien tenía 23 años, tras presuntamentere enterarse que su pare era un asesino en la guerra yugoslava–. No fue sino hasta el 22 de noviembre de 2017, que Mladić fue declarado culpable del genocidio de Srebrenica, de crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra y sentenciado a cadena perpetua.
El tribunal que lo sentenció entendió que Mladić desempeñó un papel primordial en los hechos y que su plan era destruir a toda la población bosnia musulmana de la ciudad. }
Ratko Mladić.
Este 2025, unas 150 mil personas asistieron a la ceremonia conmemorativa, celebrada en el cementerio memorial de Potočari. Allí fueron enterrados los restos de siete víctimas más. Algunos de ellos fueron hallados en diferentes fosas comunes, un recordatorio del intento de borrar las huellas del crimen. A pesar del tiempo, todavía hay 7 mil 581 personas desaparecidas por la guerra de Bosnia, de las cuales se estima que unas mil habrían sido asesinadas en Srebrenica. Hasta ahora, más de 6 mil 700 víctimas han sido identificadas y sepultadas.
Treinta años después, el eco de Srebrenica sigue sonando pero con el conflicto entre Israel y Gaza, que al igual que hace tres décadas, nos enfrenta a nuevas escenas de desplazamiento forzado, bombardeos indiscriminados, y una aparente incapacidad de los organismos internacionales para actuar con decisión y humanidad en contra de la comunidad musulmana.
Aunque la historia no se repite exactamente, sí tiene una rima pero dolorosa.