¿El cuerpo del delito? Restos humanos, una vieja casa y las canciones de Gustavo Cerati
Arte
Por: Yael Zárate Quezada - 06/05/2025
Por: Yael Zárate Quezada - 06/05/2025
Han pasado más de dos semanas desde que se descubrieron restos humanos en el número 3700 de la avenida del Congreso, en el barrio de Coghlan, al norte de la ciudad de Buenos Aires. La propiedad en cuestión, que permanece deshabitada desde hace años, fue alguna vez el hogar temporal del icónico músico argentino Gustavo Cerati, quien vivió allí entre 2001 y 2003.
Según información del medio Infobae, los restos óseos hallados en el interior de la vivienda pertenecen a un hombre de entre 20 y 22 años de edad. El informe forense preliminar indica que la muerte habría ocurrido alrededor de 1995, es decir, hace tres décadas. Esto descarta de inmediato cualquier vínculo directo con la presencia posterior de Cerati en el inmueble. Sin embargo, la combinación entre misterio, celebridad y muerte fue suficiente para encender la imaginación colectiva.
Las redes sociales no tardaron en hacer suposiciones e incluso, interpretaciones poéticas comenzaron a circular, uniendo este hallazgo con algunas letras de Cerati, tanto en su etapa solista como al frente de Soda Stereo, que aunque morbosos, no deja de ser interesante.
Como si se tratara de una banda sonora siniestra, varias canciones de Cerati fueron invocadas por los internautas para acompañar esta historia que parece sacada de una novela de realismo oscuro.
“Salgamos de esta habitación, escondámoslo, en algún lugar seguro, así está bien. Ni la CIA, ni la KGB, ni el FBI, no esta vez, no podrán encontrar el cuerpo del delito”.
“Toda una noche embalsamados. Golpee las mismas caras una y otra vez. Temí por mi cerebro apasionado”.
“En llamas, me acosté / Y, en un lento, degradé / Supe que te perdí… Y otro crimen quedará sin resolver”.
“Hay algo oculto en cada sensación / Ella parece sospechar / Parece descubrir / En mi debilidad / Los vestigios de una hoguera”.
“Come de mí, come de mi carne… Tómate el tiempo en desmenuzarme”.
Realmente nada conecta a Gustavo Cerati con los restos hallados en la casa que ocupó años después de la presunta muerte. Pero si algo nos enseñó su música es que la realidad es una materia que se puede moldear, siempre dispuesta a ser resignificada.