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Hugo Aguilar Ortiz, abogado mixteco y coordinador del INPI, podría presidir la Suprema Corte de Justicia de la Nación. ¿Se avecina un verdadero cambio o solo una transformación simbólica?

"Queremos muchos Benitos Juárez en la Corte de la Nación", dijo la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo en noviembre del año pasado cuando llamó a las comunidades originarias en México a participar y votar en la elección por el Poder Judicial celebrada este domingo primero de junio. Hoy, quien apunta a presidir la SCJN es Hugo Aguilar Ortiz, un abogado de origen mixteco y que desde el 2018 coordina el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI).

De acuerdo con las tendencias del Instituto Nacional Electoral (INE), Aguilar Ortiz es quien se perfila para suceder a Norma Piña como presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).

¿Quién es Hugo Aguilar Ortiz?

Postulado por el Poder Ejecutivo, Aguilar es licenciado en Derecho y cuenta con una maestría en Derecho Constitucional por la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca.

Entre los cargos que ha desempeñado destacan su labor como subsecretario de Derechos Indígenas en Oaxaca, coordinador general de Derechos Indígenas en el (INPI), así como una amplia participación como ponente y activista jurídico en foros nacionales e internacionales.

Hugo Aguilar tiene un perfil técnico y combativo que ha crecido en los márgenes del poder, pero no ajeno a sus circuitos. Su postulación a la SCJN representa una figura con experiencia jurídica y origen comunitario, pero también un personaje que ha sido impulsado desde el Poder Ejecutivo. Su trayectoria muestra una convicción clara por la defensa de los derechos indígenas, aunque ahora entra a un espacio donde lo simbólico y lo jurídico no siempre caminan juntos.

¿Un cambio profundo?

Sobre la llegada de Hugo Aguilar a la SCJN, Claudia Sheinbaum señaló que este hecho representa un “cambio muy importante” y que debe celebrarse por su relevancia para combatir el “racismo” y “clasismo” contra las personas pertenecientes a los pueblos originarios, al referirse principalmente a miembros del conservadurismo. 

Ciertamente es un hito en la historia de las esferas legales y políticas de México. Sin embargo, ¿esto garantiza realmente la representatividad de los pueblos originarios? Las comunidades indígenas en México no son una sola voz; son muchas, son plurales, con diferentes lenguas, cosmovisiones y necesidades.

Tener a un ministro de origen indígena en la SCJN es una deuda histórica saldada en parte, pero también podría ser un síntoma de gatopardismo —esa idea de que algo cambia para que todo siga igual. ¿La presencia de Aguilar marcará una diferencia estructural o solo será parte de una narrativa más grande de inclusión simbólica? ¿Y qué tanto depende esta inclusión del aval del Ejecutivo?

En este momento histórico es necesario mirar más allá del personaje y preguntarnos qué tanto cambia el sistema cuando cambia el rostro. No basta con colocar a alguien diferente en un lugar de poder si el entorno sigue siendo el mismo.

Esto representa un gran cambio y muy positivo, sobre todo para las comunidades indígenas. Hay que dar el beneficio de la duda y confiar en que todo tiempo futuro representa una oportunidad para mejorar o para condenarse.


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Imagen de portada: INE