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Más de 500 especies de aves podrían desaparecer en los próximos 100 años, según un estudio de la Universidad de Reading. La restauración de hábitats y la cría en cautiverio son urgentes para evitar una catástrofe ambiental.

La tórtola europea, el frailecillo, la avutarda y otras cientos de especies podrían dejar de existir en un futuro no muy lejano. Y es que, un artículo de la Universidad de Reading publicado en la revista Nature Ecology and Evolution reveló que más de 500 especies podrían desaparecer el próximo siglo. Según la investigación, se examinaron datos de casi 10 mil aves para predecir el riesgo de extinción y fue así que se logró determinar la cantidad de especies en peligro.

“Nos enfrentamos a una crisis de extinción de aves sin precedentes en la era moderna”, afirmó Kerry Stewart, autor principal de la investigación. Es el triple de la cantidad de aves extintas en los últimos 500 años. 

Lo que está en juego es muy grave al considerar que la desaparición de estas especies tendría consecuencias profundas en los ecosistemas globales, alterando procesos naturales como la dispersión de semillas, el control de plagas y el equilibrio ecológico de bosques, humedales y costas. Esta crisis no es aislada, sino un reflejo del impacto acumulado de nuestras decisiones humanas: la destrucción de hábitats, la expansión agrícola sin control, la contaminación y el cambio climático.

Lo más alarmante es que, incluso si detuviéramos de inmediato todas las amenazas —deforestación, caza, incendios forestales, uso de pesticidas, calentamiento global—, más de 250 especies de aves seguirían encaminadas hacia la extinción. Se trata de especies que ya se encuentran al borde del colapso poblacional y que requieren medidas extraordinarias para tener una oportunidad de sobrevivir. 

“Muchas aves ya están tan amenazadas que reducir el impacto humano por sí solo no las salvará. Estas especies necesitan programas especiales de recuperación, como proyectos de reproducción y restauración del hábitat, para sobrevivir”, subrayó Stewart.

La buena noticia es que aún hay esperanza. La historia del cóndor de California lo demuestra, pues en 1987 solo quedaban 22 ejemplares en cautiverio. Gracias a un programa de reproducción y liberación controlada, hoy existen alrededor de 350 volando libremente por el cielo del suroeste estadounidense.

Sin embargo, el informe más reciente sobre el Estado de las Aves del Mundo indica que casi la mitad de las especies están en declive. La presión sobre los ecosistemas es múltiple, deforestación, agricultura intensiva, especies invasoras, contaminación del agua y del aire. 

La desaparición de las aves no es un problema lejano ni exclusivo de los científicos. Es un llamado de alerta que involucra a varios actores sociales, desde los gobiernos hasta las comunidades locales, desde los consumidores hasta los activistas ambientales. Todavía hay tiempo de alzar el vuelo hacia un futuro más armónico con la naturaleza. 


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Con información de The Guardian