ÚLTIMA HORA: Muere José Mujica, a los 89 años de edad
Política
Por: Yael Zárate Quezada - 05/13/2025
Por: Yael Zárate Quezada - 05/13/2025
"Triunfar en la vida es levantarse y volver a empezar cada vez que uno cae. No hay ningún triunfo definitivo, porque tampoco hay derrota definitiva si se tiene el corazón templado". José Mujica
La tarde de este 13 de mayo, José Mujica, uno de los presidentes de la región latinoamericana más sonados de la última década, falleció a causa de complicaciones derivadas de un cáncer de esófago.
El presidente actual de Uruguay, Yamandú Orsi, fue el encargado de confirmar la noticia con estas palabras:
"Con profundo dolor comunicamos que falleció nuestro compañero Pepe Mujica. Presidente, militante, referente y conductor. Te vamos a extrañar mucho Viejo querido. Gracias por todo lo que nos diste y por tu profundo amor por tu pueblo."
A lo largo de su vida, José Mujica encarnó una de las trayectorias más singulares de la política de la región. Guerrillero, preso político, presidente de la República y referente ético para muchos en el mundo, Mujica fue ante todo, un hombre comprometido con sus ideas, sus raíces y su país, Uruguay.
Nacido en Montevideo el 20 de mayo de 1935, José Alberto Mujica Cordano, conocido simplemente como “Pepe”, se desempeñó en muchas artes y oficios agricultor, militante, legislador y figura internacional, pero nunca dejó de ser un símbolo de austeridad. Su historia comenzó con una participación activa en el Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros durante los años sesenta, lo que lo llevó a pasar más de una década como preso político, en condiciones extremas, entre 1972 y 1985, durante la dictadura cívico-militar que marcó una etapa oscura en la historia uruguaya.
Tras la restauración democrática, Mujica se integró a la vida institucional como miembro del Frente Amplio. Para 1989 fue elegido diputado y luego senador. Entre 2005 y 2008 se desempeñó como ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, en el gabinete del entonces presidente Tabaré Vázquez; cargo desde el cual impulsó políticas para fortalecer al campo uruguayo. En 2010 asumió como presidente de la República hasta 2015. Su gestión estuvo marcada por avances sociales, reformas progresistas y, sobre todo, por un estilo de gobierno profundamente coherente con su modo de vida, es decir, austero, directo y sin ostentación.
Durante su mandato, vivió en su chacra a las afueras de Montevideo, condujo su viejo Volkswagen Escarabajo y donó alrededor del 90 % de su salario mensual a causas sociales.
Ese estilo personal le valió ser llamado por varios medios de comunicación internacionales como “el presidente más humilde del mundo” y convirtió su figura en un referente global, incluso fuera del ámbito político. En 2015, Times Higher Education lo nombró “el presidente filósofo”, en alusión a su forma de pensar y expresarse, alejada del lenguaje con tecnicismos y cercana a las preocupaciones esenciales de la vida.
Tras dejar la Presidencia, Mujica volvió al Senado, aunque en 2020 se retiró formalmente de la política activa, debido a razones de salud. Pese a su retiro, se mantuvo como una figura influyente, tanto dentro del Movimiento de Participación Popular —el sector mayoritario del Frente Amplio que ayudó a consolidar— como en la esfera pública nacional e internacional.
Casado desde 2005 con Lucía Topolansky, –también exguerrillera, legisladora y vicepresidenta de Uruguay entre 2017 y 2020– su historia de vida compartida comenzó en los años de militancia clandestina y se posicionaron como una pareja emblemática del progresismo latinoamericano.
Desde abril del año pasado, Mujica anunció públicamente que había sido diagnosticado con un tumor en el esófago. Para enero de 2025, comunicó que el cáncer se había expandido y que había decidido no someterse a más tratamientos. Con esa misma franqueza que lo caracterizó como político y como ser humano, asumió su condición de salud sin dramatismo ni ocultamientos.
Tras su sentida despedida, su legado es un claro referente entre quienes creen en una política hecha con principios, cercanía y sentido común. José Mujica se fue a los XX años pero su pensamiento y congruencia política se mantendrá como un ejemplo de integridad para generaciones enteras que lo ven como un humanista en tiempos de cinismo.