Resonancias Schumann: el latido de la Tierra con más efectos de los que podemos creer
Ciencia
Por: Yael Zárate Quezada - 05/01/2025
Por: Yael Zárate Quezada - 05/01/2025
Durante todo el día y en cada rincón del planeta, ocurren miles de tormentas eléctricas que generan cerca de 50 relámpagos por segundo. Estos fenómenos naturales, especialmente frecuentes en las regiones tropicales de América, África y Asia, dan lugar a una vibración constante en la atmósfera conocida como la resonancia Schumann, una especie de pulso planetario que conecta a la Tierra con su propia actividad eléctrica.
Este latido ocurre en la cavidad que se forma entre la superficie terrestre y la parte inferior de la ionosfera, una capa cargada de partículas que comienza a unos 90 kilómetros de altura. En ese espacio viajan ondas electromagnéticas de muy baja frecuencia generadas por los relámpagos. Esta cavidad actúa como un resonador natural para frecuencias extremadamente bajas, en las que se encuentran las resonancias Schumann, bautizadas así en honor al físico Winfried Otto Schumann, quien las describió teóricamente en los años 50.
Aunque la resonancia Schumann es relativamente estable, hay ciertos eventos naturales y cósmicos que pueden alterar sus frecuencias. Uno de ellos es el aumento de la temperatura global. A medida que el planeta se calienta, también se incrementa la cantidad de tormentas eléctricas, lo cual implica una mayor generación de relámpagos. Esto altera la intensidad y las frecuencias de esta resonancia atmosférica. Por esa razón, se ha comenzado a considerar a la resonancia Schumann como un indicador potencial del calentamiento global.
La actividad solar también tiene un papel relevante. Cuando el Sol lanza partículas cargadas hacia el espacio —a través de eyecciones de masa coronal o vientos solares— estas pueden alcanzar la atmósfera terrestre e impactar directamente la ionosfera. Al modificar las características eléctricas de esta capa, también se modifica el comportamiento de las ondas que resuenan en ella, y con ello, la frecuencia del latido electromagnético de la Tierra.
La posibilidad de que estas frecuencias influyan en la biología humana ha generado un creciente interés científico. El cerebro humano emite ondas eléctricas de distintas frecuencias, muchas de las cuales coinciden con las bandas de frecuencia de la resonancia Schumann. Por ejemplo, las ondas alfa del cerebro, que están entre 8 y 12 Hz, y las ondas beta, entre 14 y 21 Hz, se encuentran en un rango similar al de esta vibración atmosférica.
Aunque aún no existen pruebas concluyentes, algunos estudios sugieren que podría haber una sincronización natural entre el cerebro humano y la resonancia Schumann. Esta idea ha dado pie a teorías que relacionan este fenómeno con la percepción, el estado de ánimo e incluso procesos espirituales. En ciertos entornos, se habla de esta resonancia como una frecuencia fundamental que, al armonizar con ella, podría ayudar a reducir el estrés, mejorar el aprendizaje y fomentar una mayor conexión con el entorno.
Las investigadoras Blanca Mendoza y Marni Pozos, autoras del texto "El latido de la Tierra: la resonancia Schumann" publicado por la Academia Mexicana de Ciencias, coinciden en que si bien aún se encuentra en fase de exploración, este campo podría revelar vínculos fascinantes entre el planeta y los procesos fisiológicos humanos.