Por ley antiaborto, mantienen con vida a mujer embarazada en estado de muerte cerebral
Sociedad
Por: Carolina De La Torre - 05/20/2025
Por: Carolina De La Torre - 05/20/2025
Adriana Smith tenía 30 años, era enfermera, madre, y estaba embarazada de dos meses cuando fue declarada con muerte cerebral el 19 de febrero. Desde entonces, permanece conectada a un respirador artificial. No por decisión médica ni familiar: por obligación legal.
El caso ocurre en Georgia, un estado con leyes antiaborto que han ganado fuerza desde que la Corte Suprema de Estados Unidos anuló Roe vs. Wade en 2022. En este estado, la ley considera al feto como una persona con derechos legales desde que se detecta actividad cardíaca, lo cual suele ocurrir alrededor de las seis semanas de gestación. En consecuencia, incluso si la madre está clínicamente muerta, el hospital tiene el deber de mantenerla conectada hasta que el feto sea viable fuera del útero.
Esto ha dejado a la familia de Smith en una especie de limbo. No tienen voz en la decisión médica, no saben si el bebé podrá sobrevivir, ni si lo hará con secuelas. Mientras tanto, su hija yace inmóvil, conectada a máquinas, en una espera impuesta.
Aunque la ley de Georgia no menciona directamente qué hacer cuando una mujer embarazada es declarada con muerte cerebral, sí establece derechos legales al feto. Para algunos expertos en derecho, como el profesor David S. Cohen, eso puede hacer que los hospitales actúen por precaución legal, considerando que ahora tienen "dos pacientes". Incluso si uno de ellos ya no está vivo.
El hospital Emory Healthcare, donde Smith permanece conectada, no ha dado detalles sobre el caso, salvo afirmar que actúan conforme a la legislación vigente.
La historia también expone un problema conocido pero muchas veces ignorado: las desigualdades raciales en el sistema de salud estadounidense. Adriana, una mujer negra, acudió al hospital por dolores de cabeza. Le recetaron medicamentos y fue dada de alta. Poco después, su pareja la encontró jadeando. Cuando volvió a urgencias, era demasiado tarde: coágulos de sangre le habían causado muerte cerebral.
Organizaciones como SisterSong, encabezadas por mujeres negras, han señalado que este tipo de historias se repiten con frecuencia. El sistema no escucha a las mujeres negras cuando expresan dolor. Y cuando las cosas se agravan, ya es tarde. Las cifras lo respaldan: en 2023, la tasa de mortalidad materna de mujeres negras fue tres veces mayor que la de mujeres blancas, según los CDC.
Remember the episode in the Handmaid's Tale, where a brain dead, black handmaid is kept on life support long enough to give birth?
— Darth Dog Mom | BuccaNole 🏴☠️🍢 (@DarthandDogs) May 16, 2025
This is happening in Atlanta, GA right now. Her name is Adriana Smith. She was only 9wks when the state kidnapped her body from her family. pic.twitter.com/FyKxwV9Oe6
En términos médicos, Smith está muerta. Lo que permanece activo es su cuerpo, sostenido por máquinas, mientras el feto continúa su desarrollo. A este procedimiento se le conoce como "soporte somático": mantener las funciones corporales en un cuerpo sin actividad cerebral, en este caso con fines reproductivos.
No hay suficientes estudios clínicos que guíen la toma de decisiones en situaciones como esta. Y, aunque existen antecedentes, cada caso es distinto y con alto riesgo. Uno de los pocos registrados en EE.UU. fue en Florida, donde lograron extraer con éxito al feto a las 33 semanas, pero el proceso requirió cuidados extremos y seguimiento constante por parte de múltiples especialidades médicas.
No hay fecha clara para el parto, ni certeza sobre el estado del feto. No se ha informado si Smith contaba con seguro médico, pero los costos de este tipo de atención pueden ser extremadamente altos, y muchas veces recaen en las familias.
Mientras tanto, los legisladores, médicos y abogados discuten conceptos como “la personalidad legal del feto”, mientras una familia espera —en silencio y sin poder decidir— si el cuerpo de su hija podrá, algún día, dar a luz a su nieto.
Y el país sigue dividido entre lo que la ley dicta y lo que la vida real exige.