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En la isla japonesa de Itsukushima está prohibido nacer y morir para preservar su pureza espiritual. ¿Por qué existe esta tradición y qué otros lugares en el mundo aplican reglas similares?

La fecundidad del planeta tierra es tan vasta que esconde espacios únicos en verdad y con ello nos regala paisajes hiperrealistas que nos cautivan sí, por su belleza natural, pero también por las condiciones y forma de vivir que ocurren ahí. En este caso estamos hablando de Itsukushima, también conocida como Miyajima, una isla ubicada en la prefectura de Hiroshima, Japón, y que es muy famosa por su santuario sintoísta flotante y por una norma tan extraña como real: ahí está prohibido nacer y morir. 

Tal prohibición no se basa en leyes modernas, sino en una tradición milenaria ligada a creencias religiosas que buscan mantener la pureza espiritual del lugar.

La isla es considerada sagrada dentro del sintoísmo, una religión que otorga gran importancia a la pureza. De acuerdo con esta tradición, tanto el nacimiento como la muerte son procesos considerados impuros, ya que implican sangre y ruptura del ciclo vital. Por ello, desde hace siglos, se han establecido reglas para evitar que estos eventos ocurran en la isla.

Santuario e Miyajima, Descubriendo Japón

¿Por qué no se puede nacer ni morir en Itsukushima?

La razón principal es espiritual. En la cosmovisión sintoísta, lugares como Itsukushima son considerados terrenos sagrados donde habitan los kami (espíritus o deidades). Para proteger esa pureza, las mujeres embarazadas en etapas avanzadas deben abandonar la isla antes del parto. Lo mismo ocurre con personas gravemente enfermas o en fase terminal.

Como es de suponerse, en la isla no hay hospitales, funerarias, ni cementerios. Todo está pensado para evitar que ocurran situaciones que alteren su condición sagrada.

Quienes visitan esta isla, no pueden dejar de admirarse con uno de los principales atractivos turísticos y espirituales, el Santuario de Itsukushima, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Su estructura, construida sobre pilotes en el agua, da la ilusión de flotar durante la marea alta. Fue fundado en el año 593 y está dedicado a tres diosas del mar. Su diseño tan peculiar responde a la necesidad de evitar pisar la tierra sagrada directamente, respetando así la espiritualidad del lugar.

El compromiso por mantener este espacio tan sagrado ha sido tal que durante siglos, estuvo libre de conflictos bélicos. Incluso después de una batalla ocurrida en el siglo XVI, se realizó una ceremonia de purificación para restaurar su santidad. Esta práctica refuerza la idea de que Miyajima no es solo un sitio turístico, sino un espacio que se protege bajo reglas ancestrales.

Otros lugares del mundo donde también está prohibido morir o nacer

Svalbard, Noruega. 

Aunque parezca insólito, existen otros sitios en el mundo donde también se han evitado los  nacimiento y las muertes por razones religiosas, naturales o legales.

Uno de ellos fue la Isla de Delos, Grecia, en donde los griegos prohibieron las puntas de la vida por considerarla la cuna sagrada de Apolo. Hoy es un sitio arqueológico sin residentes permanentes.

También, actualmente, en Svalbard, Noruega, está prohibido morir pero no por la misma razón que Itsukushima, sino por una cuestión de sanidad, pues las temperaturas son tan bajas que cuando alguien muere, los cuerpos no se descomponen adecuadamente. Por lo tanto, desde 1950 la legislación indica que aquellas personas en estado crítico deben ser trasladadas y así recibir atención médica apropiada. 

Estos ejemplos muestran cómo, en diferentes culturas y contextos, la vida y la muerte pueden ser reguladas por factores que van más allá de lo biológico, ya sea por motivos espirituales, de conservación o incluso de salud pública.


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Imagen de portada: Japan Travel