Søren Kierkegaard: el abismo donde nace la verdad (GUÍA DE LECTURA)
AlterCultura
Por: Carolina De La Torre - 05/06/2025
Por: Carolina De La Torre - 05/06/2025
Si alguna vez has sentido que el mundo se tambalea bajo tus pies sin razón aparente, que algo te inquieta sin que sepas por qué, podrías estar, sin saberlo, dialogando con el pensamiento de Søren Kierkegaard, el filósofo danés que hizo de la duda, la fe y la angustia los pilares de una reflexión profunda sobre la existencia.
Nacido en Copenhague en 1813, Kierkegaard creció en un ambiente religioso y marcado por la tragedia. Su padre, Michael, era un hombre melancólico, profundamente religioso, que creía haber sido castigado por Dios. Cinco de los siete hijos de la familia murieron en la infancia, y Søren creció con una visión sombría del mundo. Esta experiencia temprana de la pérdida influenció profundamente su pensamiento.
Kierkegaard no se limitó a escribir libros filosóficos. También fue teólogo, crítico de la sociedad y de la Iglesia de su tiempo. Utilizaba seudónimos para publicar muchos de sus textos, como una forma de expresar diferentes puntos de vista o niveles de reflexión. No participaba en la vida universitaria tradicional ni formaba parte de una corriente filosófica establecida. Sin embargo, es considerado uno de los precursores del existencialismo por su enfoque en la subjetividad, la libertad individual y la responsabilidad personal.
Kierkegaard estaba convencido de que la verdad no era una cuestión objetiva, sino una experiencia vivida. Para él, vivir con autenticidad requería enfrentarse a la angustia, tomar decisiones sin certezas y aceptar que la fe, si bien irracional desde un punto de vista lógico, podía ser una elección vital.
Criticó duramente a la Iglesia oficial de Dinamarca, a la que consideraba cómoda y superficial. Para Kierkegaard, ser cristiano no significaba simplemente seguir normas externas, sino comprometerse con una relación directa e intensa con Dios, marcada por el sacrificio, la duda y el esfuerzo personal.
Ideal para comenzar. Es accesible dentro de lo complejo y plantea uno de los dilemas existenciales más radicales: el “salto de fe”. Analiza el caso de Abraham y cómo la fe se sitúa más allá de la moral y la razón.
Una obra clave para entender la libertad, el pecado y la ansiedad como condiciones humanas fundamentales. Kierkegaard introduce la angustia como señal de que somos libres... y responsables.
Aquí se explora la desesperación como desconexión del yo con su propia esencia. Es profunda, existencial y espiritual. Ideal para quienes quieren ir más allá de la superficie y comprender su visión sobre el yo y la fe.
Un texto más amplio y complejo, donde confronta dos formas de vida: la estética y la ética. Incluye Diario de un seductor, una crítica potente al vacío de una vida sin compromiso. Requiere más paciencia, pero es una síntesis brutal de su pensamiento.
En el plano personal, Kierkegaard vivió un drama amoroso que marcó su vida. Se comprometió con Regine Olsen, pero rompió el compromiso alegando que su misión de vida no era compatible con una vida familiar. Aunque la amó profundamente, se mantuvo alejado por el resto de sus días, y muchos creen que esta decisión fue clave en su producción filosófica.
Søren Kierkegaard murió en 1855, a los 42 años, tras una corta enfermedad. Muró sin reconocimiento oficial, alejado de la Iglesia y de los círculos académicos. Sin embargo, su obra ganó fuerza con el tiempo, influyendo en figuras como Jean-Paul Sartre, Martin Heidegger y Karl Jaspers.
Kierkegaard no ofrece respuestas simples ni sistemas cerrados. Su filosofía invita a la reflexión personal, a hacerse preguntas difíciles y a aceptar que vivir con autenticidad exige enfrentarse a la incertidumbre.
Estudiar a Kierkegaard es mirar hacia adentro. Es descubrir que la angustia puede ser una señal de vida, que la fe no siempre tiene certezas, y que la libertad conlleva una responsabilidad que no todos están dispuestos a asumir.