Coatlicue, una leyenda ancestral sobre la maternidad y el poder
Magia y Metafísica
Por: Yael Zárate Quezada - 05/10/2025
Por: Yael Zárate Quezada - 05/10/2025
El 10 de mayo en México se celebra el Día de las Madres, una fecha que se presenta como una oportunidad para honrar la vida, y la fuerza creadora de quienes nos trajeron a la existencia. La mamá, una figura que ha sido venerada desde tiempos inmemoriales en las culturas originarias de nuestro país.
Y es que, en la cosmovisión mexica, la maternidad no solo es fuente de vida, sino también de poder, sacrificio y transformación. Diosas como Coatlicue, Tonantzin y Tlazoltéotl encarnan la dualidad de la creación y la destrucción, del amor y la guerra, del nacimiento y la muerte en un ciclo eterno por existir
Una de las leyendas más poderosas en este sentido es la de Coatlicue y sus hijos, Coyolxauhqui y Huitzilopochtli. Un relato que, lejos de ser una simple anécdota mitológica, encierra profundas enseñanzas sobre el orden cósmico, la lucha entre la luz y la oscuridad, y el papel central de la madre como eje del universo.
Coatlicue, cuyo nombre significa "falda de serpientes", era la diosa madre de la tierra, la fertilidad y la vida. Vivía en el cerro de Coatepec, donde realizaba penitencia barriendo su templo. Un día, mientras barría, una bola de plumas cayó del cielo; al recogerla y guardarla en su seno, quedó milagrosamente embarazada de Huitzilopochtli, el futuro dios del sol y la guerra .
Este embarazo causó la indignación de sus hijos mayores, Coyolxauhqui, diosa de la luna, y los Centzon Huitznáhuac, los cuatrocientos dioses de las estrellas del sur. Considerando el embarazo una deshonra, decidieron matar a su madre para limpiar su honor.
Sin embargo, en el momento del ataque, Huitzilopochtli nació completamente armado y con una serpiente de fuego por empuñadura, la xiuhcóatl. En una batalla feroz, decapitó a Coyolxauhqui y arrojó su cuerpo por la ladera del cerro. Luego persiguió y aniquiló a la mayoría de sus hermanos, quienes se dispersaron y se convirtieron en estrellas.
Este mito simboliza la eterna lucha entre el día y la noche, el sol y la luna, el orden y el caos. Huitzilopochtli representa la luz que vence a la oscuridad cada amanecer, mientras que Coyolxauhqui, desmembrada, se convierte en la luna que observa desde el cielo.
La leyenda de Coatlicue y Coyolxauhqui nos habla de una maternidad que trasciende lo humano. Coatlicue no solo da vida, sino que afronta la traición, el dolor y la muerte de sus propios hijos enfrentados con una fuerza inquebrantable.
En este Día de las Madres es pertinente honrar a las madres como lo hacían nuestros ancestros, es decir, reconociendo en ellas la divinidad que crear, nutrir y transformar. Porque, al igual que Coatlicue, cada madre –a su manera– sostiene el mundo y lo concibe en constante movimiento.