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David Lynch y Mark Frost reconfiguraron el lenguaje de la televisión con una serie que no solo preguntaba quién mató a Laura Palmer, sino qué hay al otro lado del velo; en junio próximo, «Twin Peaks» y «A Limited Event Series» llegan a MUBI como un portal abierto a lo inexplicable

Hay lugares que no existen en los mapas, pero que han dejado marcas más profundas que muchas capitales. Twin Peaks no es una serie, es una fisura en la realidad. Un susurro entre los árboles, una taza de café demasiado negra para ser inocente. A partir del 13 de junio, MUBI nos invita a habitar –o más bien, a perdernos– en ese pueblo donde el tiempo se pliega y la lógica se disuelve.

En conmemoración de los 35 años desde su estreno, MUBI sube a su plataforma las dos joyas que definieron y deformaron la televisión contemporánea: Twin Peaks (1990) y Twin Peaks: A Limited Event Series (2017), ambas concebidas por las mentes de David Lynch y Mark Frost. Treinta episodios que iniciaron la herida, dieciocho más que la reabren con furia poética.

No se trata sólo de una historia sobre la muerte de Laura Palmer. Es un réquiem en cámara lenta sobre lo que yace bajo la alfombra del mundo. Espejos que no devuelven el reflejo esperado, identidades líquidas, deseo y trauma como ecos interminables. Kyle MacLachlan, en la piel del agente Cooper, nos guía entre lechuzas que no son lo que parecen y habitaciones rojas donde el tiempo se descompone.

Ver Twin Peaks en 2025 es mirar a los ojos a una televisión que se atrevió a soñar (o a pesadillear) con lo imposible. Es también un recordatorio de que lo verdaderamente radical no necesita gritar: susurra, y lo hace desde dentro.

Con esta adición, MUBI no sólo expande su catálogo: ensancha su propio universo, confirmando que hay ficciones que abren portales. YTwin Peaks es uno de ellos.


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