¿Plomo en oro? Científicos del CERN realizan el sueño de los alquimistas
Ciencia
Por: Yael Zárate Quezada - 05/12/2025
Por: Yael Zárate Quezada - 05/12/2025
Desde hace siglos, la ambición de la humanidad nos ha llevado no solo a soñar sino a realizar miles de experimentos para convertir el plomo en oro. Lo intentaron sabios herméticos, magos y alquimistas medievales encerrados en torres con frascos y fórmulas misteriosas. Hoy, ese antiguo deseo se ha vuelto realidad, pero no gracias a pociones ni conjuros, sino gracias a uno de los instrumentos científicos más complejos que jamás se haya construido. Se trata del Gran Colisionador de Hadrones (LHC) que se encuentra en el Centro Europeo para las Investigaciones Nucleares (CERN), entre la frontera de Francia y Suiza, muy cerca de Ginebra.
En una serie de experimentos llevados a cabo por el equipo de ALICE (A Large Ion Collider Experiment), físicos nucleares detectaron algo increíble. A través de la colisión de iones de plomo a velocidades extremas, consiguieron lo que durante siglos pareció imposible: convertir cualquier materia en oro.
Antes de imaginarnos una fábrica de oro en el corazón de Suiza, hay que entender cómo funciona esta transmutación que –evidentemente– no es mágica, sino física.
En el centro del LHC, iones de plomo viajan a velocidades cercanas a la de la luz, a casi 300 mil kilómetros por segundo. Al colisionar, los iones liberan fotones tan potentes que pueden alterar la estructura de los núcleos atómicos. Este fenómeno se conoce como disociación electromagnética.
El plomo tiene 82 protones, mientras que el oro 79. Si se logran expulsar tres protones del núcleo de plomo en estas violentas interacciones, se obtiene oro. Uliana Dmitrieva, investigadora del proyecto, lo explicó de la siguiente manera:
"Gracias a las capacidades únicas de los ZDC (detectores de calorimetría de grado cero) de ALICE, este análisis es el primero en detectar y analizar sistemáticamente la firma de la producción de oro en el LHC de forma experimental."
Si ya estás planeando dejar tu trabajo para invertir en aceleradores de partículas, espera un momento. Aunque la hazaña es científicamente asombrosa, no es rentable en absoluto. Según los datos de ALICE, de cada 172 millones de átomos de plomo, apenas emergen 89 mil núcleos de oro.
Esto equivale a una producción insignificante, tanto que ni siquiera se podría crear una pieza pequeña de joyería. Además, se generan también núcleos de otros elementos como talio y mercurio, de los cuales el oro es el menos frecuente de los tres.
Dicho de otro modo, hacer oro así es como tratar de llenar el océano gota a gota. Con todo, parece que la tarea de la alquimia siempre fue real y posible, solo que requería energía cuántica y tecnología del siglo XXI.
Lo importante es que el objetivo principal del proyecto ALICE es recrear las condiciones del universo en su forma más primigenia luego de los primeros momentos del Big Bang.
No hay mejor momento para decir: vine buscando cobre y encontré oro.