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El terrible legado de la United Fruit Company: la tenebrosa compañía que inspiró a Vargas Llosa y a otros escritores del «Boom»

Sociedad

Por: Yael Zárate Quezada - 04/19/2025

La novela Tiempos recios del escritor peruano puso en evidencia la injerencia de la United Fruit Company en la política latinoamericana.

El reciente fallecimiento de Mario Vargas Llosa ha reavivado múltiples discusiones sobre su legado literario y político, pero también ha traído de vuelta episodios históricos que marcaron a fuego la historia de América Latina. Uno de ellos es el que narra con precisión y dramatismo en su novela Tiempos recios (2019), una obra centrada en el golpe de Estado que derrocó al presidente guatemalteco Jacobo Árbenz en 1954.

En este relato, Vargas Llosa deja ver con claridad la mano furtiva —pero brutal— de la United Fruit Company. La novela convierte a este gigante empresarial en un personaje silencioso pero omnipresente, un actor central en los vaivenes políticos de los países caribeños durante la segunda mitad del siglo XX. A través de la ficción, se revela lo que por años se intentó ocultar: que detrás del disfraz anticomunista de la Guerra Fría se escondían intereses económicos, monopolios frutales y una lógica de poder que cruzó fronteras.

¿Qué fue la United Fruit Company?

La United Fruit Company (UFCO) no era simplemente una empresa bananera. Fundada a fines del siglo XIX por Minor Cooper Keith, se transformó rápidamente en un imperio transnacional que extendió sus raíces por Centroamérica y el Caribe. Su influencia abarcaba la producción y exportación de plátanos, vías férreas y control de puertos, sí, pero también administró territorios completos como si fueran propios.

Logo de la United Fruit Company intervenido por el ilistrador Wink

Según escribió la historiadora Catherine LeGrand en el libro Nueva Historia de Colombia, la United Fruit Company poseía más de un millón de hectáreas, había construido más de 2,400 kilómetros de ferrocarril y contaba con 90 barcos de vapor conocidos como "la Gran Flota Blanca", que transportaban bananos a los mercados del norte. Las exportaciones de esta fruta alcanzaron los 65 millones de racimos al año, lo que le otorgó un control casi absoluto del mercado. Ese poder económico, inevitablemente, se tradujo en poder político.

Peter Chapman, autor del libro Bananas: How the United Fruit Company Shaped the World, explicó durante una entrevista para la BBC de Londres que la empresa tenía los recursos para operar en zonas donde ni los gobiernos se atrevían. Y cuando los gobiernos se interponían, simplemente los reemplazaba. 

Así, más que una compañía de exportación, la United fue una especie de gobierno paralelo que decidía políticas públicas, diseñaba mapas y moldeaba destinos, dejando una huella de lo que hoy conocemos como colonialismo corporativo.

Jacobo Árbenz y su esposa María Cristina Vilanova (Rolls Press, Getty)

El «Boom latinoamericano» y la narrativa del poder

Durante las décadas de los 60 y 70, el llamado «Boom latinoamericano» explotó con fuerza en la literatura que desde la región impactó en muchas partes del mundo. Escritores como Gabriel García Márquez, Carlos Fuentes, Julio Cortázar y Mario Vargas Llosa comenzaron a retratar, desde la ficción, los abusos de poder, la desigualdad estructural y el trauma de los golpes de Estado orquestados desde fuera.

Y Tiempos Recios –aunque publicada ya entrada casi la segunda década del siglo XXI, se inserta perfectamente en esta tradición. En ella, Vargas Llosa utiliza la ficción para desenmascarar que la lucha contra el comunismo en América Latina era más una defensa de los intereses empresariales estadounidenses —como los de la UFCO— que un asunto ideológico genuino.

Encuentra en este enlace o dando clic en la portada del libro «Tiempos recios», de Mario Vargas Llosa (2019)

En el caso de Guatemala y que es de donde se basa el libro de Vargas Llosa, el poder de la UFCO llegó a niveles críticos. La campaña de difamación contra Árbenz —acusado de comunista por intentar hacer una tímida reforma agraria que afectaba las tierras de la compañía— fue orquestada con el apoyo de la CIA y derivó en un golpe militar que sumió al país en décadas de represión.

Pero no fue sólo Guatemala. La United Fruit Company dejó una estela de intervenciones, abusos y tragedias en varios países del continente. En 1928, en Colombia, cientos de trabajadores fueron asesinados por el ejército nacional mientras protestaban por mejores condiciones laborales. El episodio, conocido como la Masacre de las Bananeras, es uno de los capítulos más oscuros del siglo XX colombiano.

Chiquita Brands, la heredera de la UFCO

Aunque la United Fruit Company atravesó una fuerte crisis en los años setenta, sobrevivió mediante fusiones y cambios de nombre y no fue sino hasta la década de los noventa que renació como Chiquita Brands International, la misma que todavía decora sus bananos con calcomanías azules en los supermercados del mundo.

En 2024, un jurado en Florida determinó que Chiquita financió ilegalmente al grupo paramilitar Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) con al menos 1.7 millones de dólares entre 1997 y 2004.

Con este veredicto se asienta un precedente legal, pero cabe preguntarse si este hecho nos acerca realmente un poco más a la justicia de los años que se desvanecieron entre los acuerdos de los gobiernos latinoamericanos y la compañía bananera que operaba bajo una lógica de poder, extracción y violencia. 


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