¿El discurso anti-China podría tener un efecto contrario?
Sociedad
Por: Yael Zárate Quezada - 04/18/2025
Por: Yael Zárate Quezada - 04/18/2025
En medio de una creciente tensión comercial entre Estados Unidos y China –y varias naciones incluidos aliados como México, Canadá y Europa–, la conversación pública se ha visto intervenida por contenidos que buscan mostrar una faceta distinta del llamado gigante asiático. Un ejemplo curioso de esto ha sido el reciente interés del youtuber "I Show Speed", quien ha documentado a través de sus redes sociales cómo es la vida cotidiana en China, más allá del discurso político occidental.
Algunas frases como “Speed derrumbó en minutos años de discurso anti-China” se han puesto sobre la mesa un tema que existe desde hace mucho tiempo, pero que no se había abordado en su profundidad: la noción que tenemos en el continente americano sobre China como país.
Y es que es cierto que la relación entre China y Estados Unidos ha estado marcada por profundas diferencias ideológicas y económicas. Desde hace varios años, y particularmente con la guerra arancelaria intensificada durante el gobierno de Donald Trump, ambos países han entrado en un juego de tensiones que ha tenido efectos globales. Mientras tanto, las narrativas que giran en torno a esta confrontación oscilan entre el temor por la expansión china y un intento por comprender lo que realmente sucede al otro lado del mundo.
Hoy, más de medio siglo después de la Guerra Fría entre Estados Unidos y la extinta Unión Soviética, las dinámicas internacionales han evolucionado hacia una globalización interdependiente. Sin embargo, la desinformación y los relatos polarizados siguen siendo moneda corriente y dificultan la comprensión de una realidad mucho más compleja.
Con todo el movimiento de aranceles, ¿cómo es la relación que tiene China con algunos países? ¿Es una opción viable para generar acuerdos comerciales? Lo cierto es que las relaciones chinas con muchos países existen desde hace mucho tiempo; sin embargo vale mencionar que en el contexto actual, la conversación tal vez sea propia para comprender el juego de ajedrez en el campo económico.
En medio de este panorama, la relación bilateral entre México y China ha tomado un nuevo impulso. Según cifras de la Secretaría de Economía y la firma china Meorient International Exhibition, el comercio entre ambos países creció un 12.3% en el primer semestre de 2024. China ya representa el 20% de las importaciones mexicanas, convirtiéndose en el segundo socio comercial más importante para México.
En términos de exportaciones globales, México ocupa el décimo lugar entre los destinos de productos chinos, lo que representa el 2.44% del total. En América Latina, es el mercado más relevante para China, incluso por encima de Brasil. Este crecimiento demuestra que, pese a las tensiones globales, China sigue afianzando lazos con economías emergentes de gran tamaño y potencial como la mexicana.
Aunque España no es uno de los principales exportadores hacia Estados Unidos, existen sectores —como el del aceite de oliva— que dependen en gran medida de ese mercado. De acuerdo con Eurostat y la Cámara de Comercio Española, el aceite de oliva español sufrió una pérdida del 60% en su participación en el mercado estadounidense tras los aranceles de 2019, lo que afectó severamente la competitividad del producto.
Ante este escenario, España ha buscado diversificar sus relaciones comerciales y China es una de estas opciones. En los últimos días, firmó cuatro protocolos de cooperación con el “Dragón asiático” que destraban exportaciones de porcino, cerezas, medicamentos y cosméticos. Sin muchas dudas, este movimiento pone en evidencia un posicionamiento estratégico por parte de España frente a las tensiones comerciales con Estados Unidos.
De acuerdo con cifras de la Cancillería de Colombia, en 1991 el intercambio comercial con China era muy modesto a comparación de hoy. Por ejemplo, las importaciones apenas alcanzaban los 8 millones de dólares, mientras que las exportaciones sumaban 17 millones. Sin embargo, para 2022 el panorama cambió drásticamente. Colombia exportó a China bienes por un valor de 2,165 millones de dólares e importó productos por cerca de 16,000 millones. Al igual que con México, actualmente, China se posiciona como el segundo destino más importante para las exportaciones colombianas —solo detrás de Estados Unidos— y es el principal país de origen de las importaciones que ingresan al territorio colombiano.
De acuerdo con datos de la Comisión de Comercio Internacional de Estados Unidos, en 2024 las exportaciones estadounidenses hacia China ascendieron a 143,500 millones de dólares. Entre los principales productos destacan la soja, aeronaves civiles, microchips, productos farmacéuticos, petróleo y automóviles. Sin embargo, estos bienes enfrentan el nuevo obstáculo de un arancel del 84% impuesto por China como represalia a las políticas comerciales del expresidente Trump, lo cual amenaza con reducir la competitividad de estas exportaciones a partir del próximo jueves.
Por otro lado, China exportó bienes por un total de 439,000 millones de dólares a Estados Unidos en el mismo año. Según datos del comercio federal, los productos más importantes fueron electrónicos de consumo como teléfonos móviles, computadoras, consolas de videojuegos y electrodomésticos. Además, el calzado representa un sector crítico, pues el 99% de los zapatos vendidos en Estados Unidos son importados, y más del 56% provienen de China, según el grupo Footwear Distributors & Retailers of America.
Al final, las tensiones comerciales entre las grandes potencias no pueden analizarse de forma aislada. Mientras Estados Unidos continúa en el reforzamiento de medidas proteccionistas, China apuesta por una estrategia de inversión y cooperación internacional que, aunque cuestionada, ofrece oportunidades a numerosos países.