«Todas las noches de un día»: la soledad y el terror de padecerla sin saberlo (RESEÑA)
Arte
Por: Rober Díaz - 03/10/2025
Por: Rober Díaz - 03/10/2025
La poesía es el acto de rebeldía por excelencia. O debería serlo. Para Alberto Conejero (Vilches, 1978): “el teatro es la búsqueda de una materialidad poética del hecho escénico”. Entonces los actos puestos en escena de Conejero tienen una precisión: discurrir y reflexionar por medio esta dramaturgia poética sobre los sentimientos más profundos por donde también transita la esencia de lo humano. Y eso es lo que tiene de revolucionario su teatro: que las emociones de sus personajes terminan desbordando al espectador, exigiéndole ir hasta el fondo a los actores que las interpretan.
Conejero es un multi-premiado dramaturgo español, licenciado en Dirección de Escena y Dramaturgia por la Real Escuela Superior de Arte Dramático y doctor por la Universidad Complutense de Madrid. ConTodas las noches de un día ganó el III Certamen de Textos Teatrales de la AAT. Su búsqueda va hacía la desnudez de los personajes. Su principio es el conocimiento que él tiene de esas otras personas. A propósito del teatro, dice:
Quizá escribir teatro es en primer lugar citarse con quien uno quisiera o teme o intuye ser. O de otro modo: escribir teatro es concertar una cita con el desconocido que nos habita.
De este modo, el autor entabla una bateria de confesiones con el espectador. Los soliloquios de los personajes que los desfasan de la realidad lineal y los insertan en un espacio onírico donde los vivos y los muertos interactuan, en donde las culpas y los temores se conjuntan y hacen de estos diálogos una trampa del tiempo y donde las sensaciones puras que se cruzan y redimensionan el espacio complican la presencia de los protagonistas que en el escenario –ya sin tiempo– comienzan a delirar.
Toda las noches de un día cuenta la historia de un jardinero, Samuel (Mauricio Pimentel), y Silvia (Samantha Coronel), una mujer bella que vive en espera del regreso de su prometido. La primera escena con la que nos recibe la obra es él cortando las plantas del jardín y ella llegando al cuarto a deshacer el orden que él tiene. Los diálogos son trémulos y misteriosos, se tornan siniestros porque ambos dejan ver una relación que parace no haber terminado, pero a buen ojo parece insinuar algo más que probablemente acabó y probablemente nada bien.
Uno de los aspectos más sobresalientes para la sacudida emocional que emprende la obra son las actuaciones de sus protagonistas. Empezaremos con Samantha Coronel, egresada de la XIII generación de la carrera de actuación en CASAZUL Artes Escénicas Argos. Coronel fue admitida además en el programa de verano de la British American Drama Academy (BADA) en el 2018, en Oxford, Reino Unido. Su método para entrar en el personaje es darse un pequeño pase por el escenario y tocar los objetos que lo integran, estar bien con ella misma también le es necesario para que así Silvia (en este caso) encuentre un punto de identificación con Samantha, en el cual, para poder interpretarla, ella se pregunta: “¿Qué sé yo de sentirme sola?”, “¿Qué sé yo de sentir de que nadie me quiera?"
Mauricio Pimentel, el co protagonista de la obra, viene de Puruándiro, Michoacán, en donde vivió su primer contacto con el teatro a los 8 o 9 años de edad, cuando paseando por el centro de su pueblo vio en escena a una compañía de teatro local. Trabajó con varias compañías hasta que emigró a la CDMX para ingresar a la licenciatura en actuación con Luis de Tavira en la Casa del Teatro. También le gustaba jugar con sus compañeros de juego a los cuales caracterizaba. Pimentel asegura que el teatro es una carrera para tercos y necios. Su manera de entrar en el personaje de Samuel es saber que a él también le gustan las cosas cotidianas, estar en su casa, barrer y estar en silencio.
Finalmente, la potencia de la obra radica no solo en las fantásticas actuaciones. Personalmente tuve la oportunidad de ver la misma obra puesta en España con los actores Ana Torrent y Carmelo Gómez bajo la dirección de Luis Luque y, a sabiendas de que las comparaciones nunca resultan buenas, aquí el efecto de la dirección de Mauricio García Lozano logró apaciguar el torrente de metáforas que inundan la puesta en escena; es posible entonces que ese control logre a su vez un control mayor como espectadores y más espacio para poder recibir con mayor detalle los cambios que van sufriendo los personajes que abandonan el mero existencialismo para pasar a una posición más melodramática, mucho más dirigida a la conclusión de su búsqueda que a la personificación solo de su papel.
Para Samantha, realizar este personaje significó un diálogo con el director, quien les pidió hacer reuniones para poner las bases de cada personaje. Luego de aprenderse los diálogos tuvieron que hacer matices y control de expresiones, así como experimentar para ver qué guiño, qué mueca reforzaba su presencia en el escenario. Por otra parte, Mauricio no había llegado con una idea fija de lo que se debía presentar, según dijo, sino que en la construcción de los personajes en el escenario todos pusieron una parte y el resultado es la increíble obra montada en escena.
Los resultados de este minucioso montaje arrojan una obra que ahonda en la relación de una mujer y un hombre, de un deseo de morir y de otro que aguarda por el amor que tiene y se tiene. El resultado también es la exposición de ese amor maldito, un amor que destruye y que esclaviza, que finalmente libera, pero solo a través de un gran terror y dolor. Como bien cita el director García Lozano: “Como afirmaría David Foster Wallace, todas las historias de amor son finalmente cuentos sobre fantasmas”.
Todas las noches de un día se presentará hasta el 4 de abril de 2025 en el Foro Shakespeare de la Ciudad de México. Además del dramaturgo, los actores y el director ya mencionados, cuenta con Ingrid SAC en el diseño de escenografía, iluminación y vestuario; Alfonso Olguín y Pablo Chemor en el diseño sonoro y música original, la asistencia de dirección de Quetzalli Cortés; Eva Juárez como asistente de producción y Jesús Giles como asistente de escenografía e iluminación. La producción ejecutiva es de Mariana Calderón.