*

Estas fueron las publicaciones que marcaron el mes de marzo de Pijama Surf, presentadas por nuestro editor

Marzo terminó y con él un mes particularmente convulso para México y el mundo.

En Pijama Surf, nuestros seguidores y lectores en redes sociales y en este sitio web recibieron con particular vehemencia el proyecto del Gobierno de la Ciudad de México para prohibir las corridas de toros en su práctica habitual y, a cambio, reemplazarlas por "corridas de toros sin violencia", una figura jurídica creada ex profeso para reformar la ley que regula el espectáculo de la llamada "fiesta brava" en la capital mexicana.

Por otro lado, el hallazgo de fosas clandestinas y un campo de entrenamiento y exterminio a cargo del crimen organizado en el Rancho Izaguirre en Teuchitlán, Jalisco, también en México, conmocionó a la opinión pública nacional e internacional, dado lo terrible de las escenas mostradas, comparables, aunque en otro sentido, a los campos de concentración que el regimen nazi mantuvo durante la Segunda guerra mundial en Alemania.

Finalmente, las medidas anunciadas y puestas en marcha por Donald Trump en Estados Unidos contra la educación pública y otras áreas de la actividad académica también provocaron un debate encendido entre nuestra comunidad, incluyendo la disposición anunciada por universidades europeas para recibir a profesores e investigadores que pudieran verse afectados por esta embestida de su gobierno.

En el caso específico de nuestro sitio web, nuestros tres artículos más visitados tuvieron, curiosamente, otra tesitura, pues nuestra comunidad lectora se decantó por consultar y compartir el ensayo de Isaac Asimov sobre el culto a la ignorancia que parece caracterizar a nuestra época, seguido de la respuesta que dio Gilles Deleuze a la pregunta "¿Para qué sirve al filosofía?" (pregunta insidiosa y taimada, según él, pero que respondió con suma elegancia) y finalmente la reflexión de Byung-Chul Han sobre la triste obligación de ser feliz que por todos lados el sistema dominante busca imponerse a la subjetividad contemporánea, particularmente a través del consumo de bienes, la autoayuda y otros discursos afines, que sirven a intereses muy particulares.

Marzo termina así para nosotros a medio camino entre la incertidumbre por los fenómenos de nuestra época y un cierto optimismo no hueco, sino animado por el entusiasmo crítico de nuestras lectoras y lectores.