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Marcada por el proteccionismo, la seguridad fronteriza y la tensión comercial con México y Canadá: así es la política de Donald Trump 2.0

Considerada como la palabra del año 2022 por el diccionario británico Collins, la "permacrisis" responde a un periodo prolongado de inestabilidad e inseguridad derivado de una serie de “eventos catastróficos”. Es decir, que quien vive dentro de este concepto, pasa de un acontecimiento preocupante y sin precedentes a otro. 

¿Pero y si no solamente fuera una persona sino todo un país? Sin minimizar los problemas –pero sobre todo las causas– que generan hechos como la migración masiva o la beligerancia en países de Medio Oriente, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump en su versión 2.0, ha utilizado a la «permacrisis» para ilustrar un discurso de proteccionismo exacerbado donde todos son peligrosos menos ellos. 

Este clima de inestabilidad ha sido hábilmente explotado por el magnate mediante la estrategia descrita por Naomi Klein en su libro La doctrina del shock. Según Klein, las élites políticas y económicas aprovechan momentos de crisis para implementar medidas impopulares que, bajo condiciones normales, encontrarían mayor resistencia. En el caso de Trump, la narrativa de que Estados Unidos se encuentra en una amenaza constante ha sido clave para justificar políticas radicales bajo el argumento de proteger la seguridad nacional.

Dentro del discurso “trumpista” también se apela al mal de la “otredad” o la “alteridad” donde es el “otro”, el de fuera, quien quiere lastimar el corazón de la esencia americana. 

Fotografía de Camilo Cruz (OIM)

Los mexicanos, los palestinos, los migrantes, las mujeres, los homosexuales, las  lesbianas, las personas trans, los afrodescendientes, todos ellos son víctimas del etnocentrismo que ha acompañado a Donald Trump en su búsqueda hacia la expansión y protección, y que sin la presencia negativa del otro, concebido como un opuesto, no podría sostenerse. 

 

La materialización de la la crisis permanente 

En este marco, la materialización de la permacrisis y el «estado de shock» se ha visto reflejado en acciones contundentes como el reforzamiento de la seguridad fronteriza, con medidas que incluyeron la separación de familias migrantes y la deportación masiva de personas, independientemente de su edad o condición, e incluso contraviniendo órdenes judiciales.

El proteccionismo económico ha sido otro pilar del discurso de Trump, visible en la guerra arancelaria que emprendió contra sus principales socios comerciales en el T-MEC: México y Canadá. La imposición de tarifas a productos clave y la amenaza constante de romper el tratado ha sido parte de una estrategia que se sustentó en la idea de que Estados Unidos estaba siendo explotado comercialmente por sus socios. 

También, Donald Trump ha sostenido una postura abiertamente bélica y de dominación frente al conflicto en Medio Oriente. Su respaldo incondicional a Israel y su postura ante Palestina respondieron a su lógica de identificar enemigos y aliados en función de una visión geopolítica centrada en la confrontación. Lejos de buscar una solución pacífica, este enfoque avivó tensiones en una región históricamente convulsa.

Por último, pero no menos importante, es la cercanía de Trump con figuras clave del ámbito económico y tecnológico como Elon Musk. La presencia del empresario –uno de los hombres más ricos del mundo– como asesor informal ha sido esencial para reforzar la narrativa de que Trump es un defensor del "verdadero capitalismo estadounidense" y de que sus decisiones económicas están respaldadas por figuras de éxito empresarial.

La retórica de Donald Trump se sustenta así en la necesidad de presentar una amenaza constante que justifique medidas extremas. Esta estrategia no solo genera incertidumbre, sino que también inhibe la reflexión crítica y fortalece una sensación de urgencia que limita el debate público. 

En suma, la permacrisis y la doctrina del shock se convierten en herramientas para perpetuar un "liderazgo" basado en el miedo y la confrontación, más que en la cooperación y el entendimiento global.


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