Diego de Landa y la tragedia de los códices mayas: un legado de conocimiento perdido en el fuego
Sociedad
Por: Mateo León - 01/01/2025
Por: Mateo León - 01/01/2025
El 12 de julio de 1562, en Maní, Yucatán, Fray Diego de Landa llevó a cabo un auto de fe que resultó en la quema de numerosos códices y objetos sagrados mayas. Este evento, conocido como el auto de fe de Maní, tuvo consecuencias devastadoras para la cultura maya, ya que se perdieron registros invaluables de su historia, ciencia y tradiciones.
Fray Diego de Landa, un misionero franciscano, llegó a Yucatán en 1549 con la misión de evangelizar a los pueblos indígenas. Durante sus recorridos por la península, observó que los mayas continuaban practicando sus rituales y conservando sus escritos, lo que interpretó como idolatría y superstición. Convencido de que era necesario erradicar estas prácticas para consolidar la fe cristiana, organizó el auto de fe en Maní, donde se incineraron alrededor de 27 códices y más de 5,000 ídolos y objetos sagrados.
La destrucción de estos códices representó una pérdida irreparable para la civilización maya. Estos documentos contenían conocimientos sobre astronomía, matemáticas, medicina, historia y religión, reflejando la profundidad y complejidad de la sociedad maya. La quema de los códices no solo eliminó fuentes primarias de información, sino que también simbolizó un intento de borrar la identidad y memoria colectiva de los pueblos originarios.
Paradójicamente, años después, Fray Diego de Landa escribió la "Relación de las cosas de Yucatán", una obra que buscaba documentar la cultura y lengua maya. Aunque su intención era preservar información sobre esta civilización, su relato contiene inexactitudes y contradicciones. Además, su participación en la destrucción de los códices originales limita la profundidad y autenticidad de su obra.
Este episodio histórico resalta la importancia de reconocer y valorar las culturas indígenas de México. La quema de los códices mayas es un recordatorio de los esfuerzos por imponer una cultura dominante sobre otra, y las consecuencias negativas que ello conlleva. Hoy en día, es fundamental reivindicar y preservar el legado de los pueblos originarios, reconociendo su contribución invaluable a la diversidad cultural y al patrimonio histórico de la humanidad.
