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Esta es nuestra selección de los cinco mejores libros que escribió Charles Bukowski. Incluimos dos videos, el primero, un poema leído por el escritor californiano, "No podrías soportar una buena mujer", y el segundo, su biografía documental "Born Into This" de 2003.

Charles Bukowski siempre intentó ocultar su transición de poeta maldito a viejo con la edad del mundo, la receptividad inteligente de una mujer, los hábitos de cariño de un perro y el corazón de un niño. Pasó desapercibido al disfrazarse de celebridad literaria.

Su maestría al escribir sí fue producto de un compromiso, de la obsesión con el arte y el amor propio. Tratar de publicar es insistir en una vocación y un ejemplo de resiliencia nunca a pesar del fracaso, sino como su registro espectral. Bukowski fue rechazado una y mil veces, pero siguió escribiendo en aquellos espacios entre trabajar para poder beber, joder y escribir, y beber en serio por compulsión y soledad como formas estabilizadas de autodestrucción.

Sus novelas, cuentos, opiniones y poemas son un ejemplo de sátira y confesión anarquistas para no desaparecer en un mundo que también se daña para sobrevivir. Esto lo convirtió en una máquina de escribir humana y, para unos y otros, en palabras del crítico literario Jim Christy, en el mejor y en el peor autor de la historia de los Estados Unidos de América.

Bukowski logró pasar desapercibido como duro, iracundo, descarado y mundano. Pero “mundano” es una palabra con la que nunca ofendió a este mundo: nombrándolo como al amor con las palabras que hablan y con las que se les califica a los abandonados, los adictos, los feos, los pervertidos, los trastornados, los mediocres, los inútiles, los prostituidos, los que crujen los dientes y a veces, solo a veces, descansan de la infelicidad con rostros pacificados:

El dolor es extraño. Un gato que mata a un pájaro, un accidente de coche, un incendio... El dolor llega, ¡BANG!, y ahí está, se posa sobre ti. Es real. Y para cualquiera que te esté viendo, pareces un tonto. Como si de repente te hubieras convertido en un idiota. No hay cura, a menos que conozcas a alguien que comprenda cómo te sientes.

Bukowski recordaba el dolor cada vez que se veía al espejo: no podía ver aquella una versión de sí mismo que nunca existió, pero sí el rostro desconocido que le dio el acné a un adolescente. Vivió más de cinco décadas en Los Ángeles como desertor militar y universitario, como el pecador original y el asesino de Buda, como hijo de una violencia que empezaba en su padre y llenaba las casas de los suburbios o los refugios de cartón de los sintecho:

Para quienes creen en Dios, la mayoría de las grandes preguntas tienen respuesta. Pero para quienes no podemos aceptar fácilmente esta fórmula, las grandes respuestas no permanecen inmutables. Nos adaptamos a nuevas condiciones y descubrimientos.

El amor no tiene por qué ser una orden ni la fe un dictamen. Yo soy mi propio dios. Estamos aquí para desaprender las enseñanzas de la Iglesia, el Estado y nuestro sistema educativo. Estamos aquí para beber cerveza y para matar la guerra. Estamos aquí para reírnos de las adversidades y vivir tan bien que la Muerte tiemble al recogernos.

Estas son las palabras de un escritor peso pesado y de un hombre que solo donde no podía ser visto directamente por el público se atrevía a pedir ser amado. Algo que puede ser muy difícil porque implica decir con una voz única: Te amo. Algo que a veces ocurre a los seres mundanos. A veces son tratados como dioses, a veces pueden morir y vivir en el proceso de la oscuridad para tranquilizarse y perdonar a las pesadillas, a veces pronuncian nombres en el mundo que coinciden con el Tao, el Nirvana y la naturaleza amante sin nombre. Al menos el escritor californiano murió entre monjes como el Buda y casado con el nombre “Linda”.

Estos son los cinco mejores libros de Charles Bukowski, de acuerdo con Pijama Surf:

 

Bukowski esencial: Poesía.

Editorial Visor, 2020:

Bukowski esencial: Poesía contiene los clásicos imprescindibles de uno de los escritores más influyentes e imitados de los últimos tiempos cuya obra, descarnada, divertida e ingeniosa, ha dejado una huella indeleble en nuestra cultura.

Pocos escritores han recreado de forma tan conmovedora e inimitable la desesperación y lo absurdo de nuestra cotidianeidad. Su poesía, visceral y perspicaz, deviene atemporal y nos emociona tanto ahora como cuando fue escrita. Ya sea cuando habla del amor y la muerte como cuando lo hace sobre el sexo y el arte de escribir, los versos desnudos de Bukowski, en los que no duda en mofarse de sí mismo, arrojan luz sobre las preocupaciones más imperecederas de la condición humana al tiempo que reflejan sin tapujos ni adornos innecesarios nuestras virtudes e imperfecciones.

Con una visión implacable sobre la humanidad, Bukowski pone de manifiesto nuestros anhelos más profundos y predilecciones más insólitas. Es una poesía sombría y esperanzada a partes iguales en puro estado de gracia. Absolutamente imprescindible.

 

Erecciones, eyaculaciones, exhibiciones, 1972.

Editorial Anagrama, 2022:

Los relatos aquí reunidos parecen extraídos de las tripas ulcerosas de su narrador, escritos entre ataques de delirium tremens, orgías y fantasías alcohólicas, utilizando el crudo lenguaje de la calle, de la escoria, de la basura, como nadie lo había hecho. Crónicas brutalmente divertidas de la pesadilla yanqui, del “desierto de neón”, tan exentas de hipocresía, tan auténticas que solo nos permiten estremecernos.

 

Música de cañerías, 1983.

Editorial Anagrama, 2021:

La música catarral del agua caliente abriéndose paso por los radiadores de míseros hoteluchos: una buena banda sonora para las historias de Bukowski en este libro sobre precarios ganadores y notorios perdedores, vidas encalladas por tristes y sórdidas circunstancias, conducidas a la insania o a la muerte violenta. Instantáneas del darwinismo social americano made in Los Angeles. Bukowski demuestra ser fiel a sí mismo y sus relatos conforman un explosivo informe sobre la jungla de la gran ciudad.

 

Mujeres, 1978.

Editorial Anagrama, 2022:

Henry Chinaski, el escritor más alcohólico y machista de la literatura universal, nos presenta la maratón sexual en que se convierte su vida de cincuentón después de dejar su puesto en la oficina de correos y obtener cierto éxito como poeta. Recitales, jovencitas dispuestas, conversaciones telefónicas, celos, polvos y algún que otro viaje son los ingredientes de esta novela en la que el propio protagonista se muestra consciente de estar realizando un experimento: acostarse con mujeres diferentes le tiene que servir para crear personajes femeninos, para estudiar al otro género y analizarse a sí mismo.

Henry Chinaski, el álter ego de Bukowski, no recibió demasiado amor en su infancia y no sabe lo que es amar, aunque sí lo que es joder. Su historia y esta novela, más allá del sexo y las borracheras, son en realidad una reflexión sobre el dolor y el amor.

 

La enfermedad de escribir.

Editorial Anagrama, 2020:

Bukowski reflexiona sobre la creación literaria, sobre sus maestros literarios y sobre experiencias vitales en este documento excepcional. Un trabajo de rastreo de Abel Debritto, experto en la obra del escritor californiano, que reúne su correspondencia inédita tocante a los tema de su oficio y del arte como instinto y misterio.

Cartas a jefes de revistas, a su editor, John Martin, a escritores como Henry Miller, Lawrence Ferlinghetti o Hilda Doolittle, a críticos y amigos. Reflexiones naturales y agudas sobre el proceso de escribir que nos permiten adentrarnos en las entrañas del negocio editorial. Leerlas plantea un estimulante recorrido autobiográfico que nos descubre a un Bukowski más allá del arquetipo o a un autor volcado de forma obsesiva a su quehacer particular, dueño de un sólido bagaje de lecturas y de una visión muy clara de sus planteamientos, desde donde se queja de los intentos de domesticar su estilo.

Un compendio rebosante de opiniones contundentes y sagaces reflexiones literarias, imprescindible para fans de Bukowski y para cualquier aspirante a escritor.

 

 

 

Imagen: Charles Bukowski IA, NightCafe Creator.