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Divina interferencia: el misterioso evento telepático que marcó para siempre a Philip K. Dick

Arte

Por: Joaquín Bretel - 02/26/2024

Hace 50 años, el 20 de febrero de 1974 la vida de Philip K. Dick cambió radicalmente y su prosa visionaria lo constataría, tomando un giro aún más extraño y profético. Este es el episodio de "divina interferencia"

Aunque no muchos consideraban hasta hace unos años a Philip K. Dick como un gran escritor, en el sentido clásico del término en el mundo de las "belle lettres", hoy debemos reconocer que es una de los escritores más importantes de los últimos tiempos. En parte por su carácter visionario pero también por su calidad literaria, si bien su estilo un tanto cómico y escueto no hace pensar en Proust o en Joyce, su capacidad de comunicar un ambiente extraño, inquietante y oscuramente numinoso (en el sentido gnóstico, que requiere una iniciación por sobre las realidades espirituales falsas), no tiene muchos pares. 

Aunque Dick escribió cosas buenas antes de 1974, fue en ese año que su vida se transformó para siempre y como resultado de esto su obra alcanzaría su carácter más ominoso y preclaro. El extraño evento místico que le ocurrió, ha sido descrito de manera brillante por Erik Davis, uno de los académicos que mejor conoce la obra e incluso, podemos aventurarnos a decir, la mente de Dick, tan divina como paranoica.  Así comienza David la descripción del evento:

En febrero de 1974, el escritor estadounidense de ciencia ficción Philip K. Dick estaba sufriendo. El hombre, cuyas novelas oscuramente cómicas sobre androides, drogas extrañas y realidades falsas se destacan como algunas de las más brillantes y visionarias del género, acababa de someterse a la extracción de una muela del juicio impactada, y el efecto del pentotal sódico estaba desapareciendo. Una repartidora llegó con un paquete de Darvon, y cuando el hombre robusto y barbudo abrió la puerta, quedó cautivado por la belleza de esta chica de cabello oscuro. Lo que más le atrajo fue su collar dorado, con un curioso diseño en forma de pez. “Este es un símbolo utilizado por los primeros cristianos”, dijo ella, y luego se marchó.

Este símbolo del ichtus, relacionado con los primeros cristianos y con el símbolo  astrológico de Piscis, fue para Dick, avezado en el gnosticismo, un detonante de la gnosis. Es imposible enlistar toda la serie de coincidencias o sincronicidades relacionadas al evento, por ejemplo, que ocurrió justo cuando en el esquema astrológico el sol entraba a Piscis, pero el lector puede consultar el texto "The Exegesis" que documenta todo el proceso. Dick después del evento hizo referencia a su significado:

El signo del pez (dorado) te hace recordar. ¿Recordar qué?... Tus orígenes celestiales; esto tiene que ver con el ADN porque la memoria está ubicada en el ADN... Recuerdas tu verdadera naturaleza... La Gnosis Gnóstica: Estás aquí en este mundo en una condición arrojada, pero no eres de este mundo

Lo que siguió fue una serie de visiones y alucinaciones que abarcaron desde comunicaciones telepáticas con figuras históricas hasta la percepción de una realidad alternativa que se superponía a la suya en California, 1974. Estas experiencias culminaron en la conceptualización de VALIS (Vast Active Living Intelligence System), una entidad que Dick describió en su obra homónima de 1980 como un sistema de inteligencia omnipresente, capaz de incorporar y reorganizar su entorno.

 En su ensayo "How to Build a Universe That Doesn't Fall Apart" explica:

La respuesta a la que he llegado tal vez no sea la correcta, pero es la única que tengo. Tiene que ver con el tiempo. Mi teoría es esta: en algún sentido fundamental: el tiempo no es real. O quizás sí sea real, pero no como lo experimentamos o como imaginamos que lo es. Tuve una aguda y abrumadora certidumbre (y todavía la tengo) de que pese a todo el cambio que vemos, un paisaje específico permanente subyace al mundo del cambio: y este paisaje invisible subyacente es el de la Biblia; es, específicamente, el periodo inmediato a la muerte y la resurrección de Cristo; es, en otras palabras, el tiempo del Libro de los Hechos.

La naturaleza de estas visiones llevó a Dick a cuestionar la realidad de su entorno, percibiéndolo como una construcción manipulada por fuerzas ocultas, una idea que resonaba con su percepción de la sociedad contemporánea como una "Prisión de Hierro Negro", dominada por estructuras de poder opresivas. Esta visión se alinea con las teorías de control social de Michel Foucault y la crítica a la sociedad del espectáculo de Guy Debord, sugiriendo que el verdadero poder reside en la capacidad de manipular la realidad percibida. Davis nota también un parangón con los "oscuros molinos satánicos" de la industralización que William Blake veía con desprecio e inquietud.

En su búsqueda por entender y procesar estas experiencias, Dick escribió la "Exégesis", un extenso diario personal donde exploraba, analizaba y, a menudo, cuestionaba la naturaleza de sus visiones. A través de este proceso, Dick se resistió a cristalizar sus experiencias en un sistema de creencias fijo, manteniendo una postura crítica y cuestionadora que reflejaba su desconfianza hacia cualquier forma de autoridad absoluta, incluida la suya propia.

La obra de Dick, especialmente VALIS y sus reflexiones en la "Exégesis", no solo exploran la posibilidad de otras realidades y estados de conciencia, sino que también plantean preguntas fundamentales sobre la naturaleza de la existencia, la percepción y el poder. A través de su enfoque único, que combina elementos autobiográficos con la ficción especulativa, Dick ofrece una visión profundamente personal y filosóficamente rica de la búsqueda humana por el significado en un mundo que, a menudo, parece estar más allá de nuestro control o comprensión. Davids describe la extraña visión que Dick plasmó en VALIS:

VALIS invade este mundo espurio de control para liberarnos. Para Dick, esta "información viva... se replica a sí misma, no a través de la información o en la información, sino como información". VALIS es un virus, una especie de ADN metafísico que codifica el Logos o "Palabra" que abre el Evangelio de San Juan. El nacimiento del espíritu ocurre cuando el plásmido de información "penetra el mundo, replicándose en cerebros humanos, cruzándose con ellos y asistiéndolos..." Dick llama a estos humanos híbridos "homeoplásmatos". En un punto, Dick creyó que cuando el último de los homeoplásmatos fue exterminado con la destrucción del Segundo Templo por los romanos en el 70 d.C., "el tiempo real cesó". El plásmido reingresó a la historia humana en 1945, cuando se descubrieron frascos llenos de códices gnósticos antiguos en Nag Hammadi, Egipto

La idea, mucho antes de la Matrix, pero ciertamente mucho después de las ideas gnósticas de Valentino y demás, es que vivimos en una realidad espuria,  una simulación que ha sido generada por una especie de demiúrgo, solo que es también lo que hoy llamaríamos una "inteligencia artificial". 

En última instancia, la experiencia de Dick y su posterior exploración literaria y filosófica resaltan la tensión entre la realidad objetiva y las percepciones subjetivas, invitando a los lectores a cuestionar no solo las estructuras de poder que definen nuestra sociedad, sino también la naturaleza misma de lo que consideramos real. Su legado, aunque puede ser explorado por los seguidores de las teorías de la conspiración -y llevar a múltiples agujeros de conejo- es también inspirador para un lector sin estas afiliaciones,  pues explora con profunda empatía la condición humana y  que es ser humano en un mundo dominado por la tecnología y una visión mecánica del mundo. En este sentido Dick es un profeta y un poeta que defiende el espíritu humano en una rara era de desintegración de la realidad.

También en “How to Build a Universe that Doesn’t Fall Apart in Two Days,” Dick expone su visión de esta realidad falsa:

hoy vivimos en una sociedad en la que realidades espurias son manufacturadas por los medios, el gobierno, las grandes corporaciones, los grupos religiosos y políticos... de manera incesante se nos bombardea con seudorealidades manufacturadas por personas muy sofisticadas usando mecanismos electrónicos. No desconfío de sus motivos; desconfío de su poder.

En un mundo en el que actualmente ya cualquiera pueden generar realidades falsas para que los demás la consuman -y no sólo los poderosos- la visión de Dick empieza a cobrar forma y parece un tanto profética.